Hola, hola 🌞
Esto surgió de forma muy espontánea, casi cómica… mientras me bañaba.
Me vi dando una charla imaginaria, de esas que aparecen completas, redondas, claras.
Y el tema era el ego.
Y me pareció muy gráfico: el ego es como un yo-yo.
Sí, ese juguete que baja, sube, gira… pero nunca se va demasiado lejos.
Siempre vuelve a tu mano, porque está atado por un hilo invisible.
Y ese hilo son tus historias, tus miedos, tus creencias, tus apegos.
🧶 El yo-yo: quiero ser libre, pero también quiero tener razón
Cuando el yo-yo se desliza, parece que va lejos.
Pero si mirás bien, está completamente limitado por el hilo.
Y ese es el ego:
👉 “Quiero ser libre… pero también quiero tener razón”
👉 “Quiero soltar el control… pero que salga como yo quiero”
👉 “Quiero amar… pero que no me lastimen”
👉 “Quiero dar… pero quiero que me lo reconozcan”
Así vamos por la vida: yo, yo, yo, yo…
No importa la forma, siempre vuelve al mismo lugar: el “yo” que cree que necesita algo.
🌀 El trompo: la espiritualidad que gira sobre sí misma
Y después… evolucionamos.
Ahora el ego se convierte en un trompo.
Ya no está atado por un hilo.
Ahora se suelta, se lanza, gira solo.
Pero sigue girando sobre un único punto:
una creencia base que no se cuestiona, una identidad espiritual o personal que parece profunda… pero gira, gira, gira… y no va a ningún lado.
👉 “Soy espiritual, no como carne, no veo noticias, hago yoga…”
Sí, pero… ¿estás en paz?
Muchas veces, el trompo tiene más forma de espiritualidad que de ego.
Pero es el mismo ego disfrazado, girando sobre sí mismo.
🏆 Las competencias de yo-yos y trompos
Y esto es lo que más gracia me dio:
¡hay competencias de yo-yo y de trompos!
En serio.
Se compite por ver quién se enrosca más en su hilo, quién hace más piruetas, quién gira más tiempo con más estilo.
Y pensé: así es la vida muchas veces.
Vamos con nuestros egos brillantes, con luces, colores, sonido…
…mostrando nuestro yo-yo al mundo,
…haciendo piruetas con nuestro trompo espiritual.
📣 “¡Mirá mi práctica de meditación!”
📣 “¡Mirá mis logros, mis hábitos, mis rutinas!”
Nos comparamos. Competimos.
Y creemos que eso es vivir con conciencia.
👁️ El jugador que recuerda
Y ahí surgió algo que me conmovió:
No somos el yo-yo.
No somos el trompo.
Somos la conciencia que los lanza.
Somos el jugador que elige el juego.
Somos el Ser que puede decidir dejar de girar.
Y cuando lo recordamos… todo se relaja.
Porque ya no hay que hacer más piruetas.
Ya no hay que sostener la forma.
💬 “¿Vos ya soltaste el yo-yo?”
💬 “¿Te animaste a dejar de girar y simplemente Ser?”
Y desde ese lugar… el amor no se busca.
Se comparte.
Te invito a observar:
🌬️ ¿En qué partes de tu vida te ves girando?
🌬️ ¿Qué historia seguís queriendo que te devuelva la razón?
🌬️ ¿Podés soltar el hilo, aunque sea por un instante?
Gracias por estar acá.
Gracias por reírte, por sentir, por abrirte a una nueva forma de ver.
Y si querés, compartime qué yoyo estás dejando caer. 🪀
Con cariño y verdad,
Karel