Disfrutar la Vida: Confianza y Entrega (práctica de Dejar ir)

Hoy exploramos la práctica de dejar ir, un camino hacia la paz inspirado en reflexiones compartidas con Fernando Raspo (Su Instagram y su Proyecto Open Kabbalah).

Esta práctica nos invita a cuestionar la seriedad con la que a menudo abordamos la vida y a redescubrir la alegría de jugar y divertirse, entendiendo esto no como frivolidad, sino como una profunda confianza y entrega al flujo del Espíritu.

La práctica de dejar ir es fundamental para disfrutar la vida en su totalidad.


La trampa de la seriedad: el ego en control

¿Por qué nos ponemos tan serios ante la vida, el trabajo, la espiritualidad? El ego ama la seriedad porque le da una sensación de importancia y control. Confunde seriedad con profundidad o responsabilidad.

Pero la seriedad es una contracción, una falta de confianza. Es la creencia de que yo (el ego) tengo que resolverlo todo, que el resultado depende de mi esfuerzo y preocupación.

Cuando nos entregamos a jugar y divertirse —entendido como abordar la vida con ligereza, curiosidad y apertura—, el ego pierde su poder. Jugar es soltar la expectativa, animarse al llamado del Espíritu sin saber el resultado.

Podemos experimentar esto en lo cotidiano: al ir a comprar, al interactuar con otros. ¿Desde qué energía nos relacionamos? ¿Desde la obligación y la seriedad, o desde la apertura y el gozo? El estado de abundancia es algo que podemos Ser y dar continuamente. Es volver a ser niños en el mejor sentido: presentes, confiados, abiertos a la maravilla.


Experiencia directa vs. conceptualización

¿Cómo es entregarse? ¿Cómo es disfrutar la vida plenamente? No se puede explicar completamente con palabras. Es como describir cómo es nadar. Se puede intentar, pero nada se compara con la experiencia directa.

Y en la experiencia emergen pensamientos, sensaciones, cuestionamientos («¿Quién soy?», «¿Qué hago aquí?»). Cómo respondemos a todo eso define la calidad de nuestra vida.

  • Si el enfrentamiento es conflictivo, de rechazo («Esto no debería pasar», «Quiero sentir otra cosa»), la vida se vuelve sufrida.
  • Si la respuesta es de permisión, de confianza y entrega («Ok, esto está aquí, lo siento, lo observo»), la vida se vuelve una aventura, a veces intensa, pero siempre significativa.

Disfrutar la vida no significa evitar el dolor o la dificultad. Significa «extraer el fruto» (dis-frutar) de toda experiencia. Es encontrar el aprendizaje, la bendición oculta, la oportunidad de crecimiento en cada instante.

“La vida no te sucede a ti, sucede para ti.” – Byron Katie


La unidad detrás de la separación

Cuando dos o más se unen en nombre de la Verdad, ocurren cosas mágicas. Experiencias de vida aparentemente separadas se reconocen como expresiones de la misma Conciencia. Surge la risa espontánea, el reconocimiento silencioso. Eso es la Unidad, más allá de palabras y conceptos.

Y cuando nos experimentamos desde ahí, mágicamente, el mundo exterior empieza a responder. Lo que leemos en las escrituras («Somos Uno», «Hay una Conciencia de Unidad») deja de ser teoría y se vuelve vivencia.

El cuestionamiento profundo («¿Quién soy?») es el motor de este viaje. La vida misma nos va juntando con aquellos que comparten esa misma sed de Verdad, esas ganas de aportar, dar, recibir y abrirse a una nueva perspectiva. Para eso, hay que estar dispuestos a soltar viejas creencias, incluso aquellas que parecían fundamentales. Y al mirar atrás, nos damos cuenta de que todo fue perfecto para llegar a este Ahora.


La montaña rusa de la vida: la práctica de dejar ir

El camino espiritual no es lineal. Es una «montaña rusa», con subidas, bajadas, vértigo y calma. La pregunta no es cómo evitar la montaña rusa, sino cómo elegir vivirla:

  • ¿Gritando de pánico, queriendo bajarse? (Resistencia, ego).
  • ¿O entregándose a la experiencia, sabiendo que, aunque sea intensa, nuestro Ser verdadero no está en peligro? (Confianza, Ser).

Para llegar a esa comprensión profunda, hay que vivir todas las sensaciones que emerjan: el pánico, el vértigo, el miedo, la alegría, la celebración. La práctica de dejar ir, popularizada por David Hawkins, es la herramienta clave aquí.

La práctica de dejar ir consiste en:

  1. Reconocer la emoción o sensación cuando surge.
  2. Permitirla estar presente en el cuerpo, sin resistirla, sin juzgarla, sin intentar cambiarla.
  3. Observarla con desapego, sabiendo que «Yo no soy esta emoción».
  4. Soltarla: Dejar que la energía se disuelva por sí misma, sin forzar.

Es darse cuenta de que todo cambia constantemente. Las formas, las experiencias, las relaciones, las sensaciones… nada de eso somos nosotros. Somos la Conciencia testigo que observa el cambio.

¿Estoy dispuesto/a a sentir esta emoción completamente, sin huir de ella?

✨ La práctica de dejar ir y David Hawkins

David Hawkins fue fundamental al tender un puente entre la ciencia (su formación psiquiátrica) y la espiritualidad (su propia iluminación). Su método de «Dejar Ir» (Letting Go) y su Mapa de la Conciencia ofrecen un marco claro y práctico.

Hawkins explica que las emociones reprimidas son la causa del sufrimiento y los bloqueos. La práctica de dejar ir es el mecanismo para liberar esa energía acumulada.

Utiliza la potente analogía del globo aerostático:

  • Nuestro Ser es como la llama que quiere elevar el globo.
  • Pero la canasta está llena de «lingotes de plomo» (emociones reprimidas, creencias limitantes).
  • Para subir, hay que sacar los lingotes.
  • A veces, esos lingotes están «calientes» (duelen al sentirlos).
  • Pero al tener el coraje de agarrarlos (sentirlos) y soltarlos, el globo se eleva.

Cada lingote soltado trae alivio y mayor bienestar. El paisaje desde arriba se ve mejor. La confianza y entrega se fortalecen con la práctica. Aunque al principio duela, el resultado es la liberación.


Confianza, entrega y el reino interior

La frase «Buscad primero el reino de los cielos [la Paz interior] y todo lo demás os será dado por añadidura» es crucial.

La práctica de dejar ir nos lleva a ese reino interior. Al soltar las cargas emocionales, conectamos con la Paz que siempre estuvo ahí. Y desde esa Paz, la «añadidura» (lo externo: oportunidades, relaciones, abundancia) se manifiesta sin esfuerzo.

No buscamos la añadidura; buscamos el Reino. La añadidura es la consecuencia natural de habitar en el Reino.

Disfrutar la vida se vuelve posible cuando dejamos de buscar la felicidad en la añadidura y la encontramos en el Reino interior.

La congruencia exige desapego. A mayor desapego interno (no dependencia emocional), mayor libertad y flujo externo. Tenemos, pero no necesitamos.

¿Estoy buscando la felicidad en el «añadido» o en el «Reino»?

💖 Un Curso de Milagros y la entrega

Un Curso de Milagros también enfatiza la entrega y el soltar. Nos enseña que el sufrimiento proviene de nuestras interpretaciones erróneas (juicios del ego).

La práctica del perdón (soltar el juicio) es una forma de la práctica de dejar ir. Al perdonar (soltar la creencia en el ataque), recuperamos la Paz.

El Curso nos recuerda que la verdad es simple y siempre presente. Son nuestras complicaciones mentales las que la ocultan.

“No tienes que buscar la verdad. Solo tienes que dejar de valorar lo que no lo es.” – Un Curso de Milagros


Integración: la aventura de vivir

La invitación es a disfrutar la vida como una aventura, con sus intensidades y sus calmas. A jugar y divertirse en el proceso de autodescubrimiento.

La práctica de dejar ir (Hawkins) y el Perdón (UCDM) son herramientas poderosas para navegar esta aventura con confianza y entrega.

Recordemos la analogía del globo: cada emoción difícil es un lingote. Al tener la buena voluntad de sentirlo y soltarlo, nos elevamos.

El mensaje de fondo es: Sigue adelante. Confía en tu guía interior. David Hawkins y Un Curso de Milagros son solo dedos que apuntan a la Luna. Una vez que ves la Luna (tu propia Luz), suelta el dedo.

La confianza y entrega se vuelven automáticas a medida que la canasta se vacía. La vida continúa, pero desde un lugar de mayor levedad y comprensión.

Un abrazo enorme. Bendiciones para tu camino.

Karel

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