
La pregunta sonaba una y otra vez en mi mente, como un eco que no me daba tregua. Casi al borde de la desesperación, decidí detenerme y atenderla, pero esta vez con total honestidad.
Sin apurarme a responder con títulos, logros, características o pertenencias. Y lo que descubrí fue algo desconcertante: no lo sabía.
Todo lo que hasta ese momento había creído ser (mis aprendizajes, mis proyectos, mis etiquetas) eran solo pensamientos, ideas prestadas, identidades circunstanciales. Ninguna respondía con verdad a lo que soy.
Un camino de desaprender
Desde entonces comenzó un recorrido, a veces luminoso, a veces doloroso, donde lo único constante fue esa pregunta.
Pasé por diferentes búsquedas externas: la academia (ingeniería, computación, marketing), los emprendimientos, los proyectos personales. Todo ello fue útil hasta cierto punto, pero también me llevó al límite de darme cuenta de algo fundamental:
Nada de lo que haga o consiga puede devolverme el significado que estoy buscando.
Esa certeza trajo crisis profundas, desprendimientos, pérdidas de sentido. Pero también abrió espacio a algo nuevo: la rendición. A comprender que lo que soy no puede definirse, solo experimentarse internamente.
Lo que permanece
Hoy sé que cualquier respuesta que aparezca a la pregunta “¿Quién soy?” no puede ser verdad. Porque el “quién” desaparece en cuanto lo miro.
Lo único honesto es reconocer el espacio mismo en el que la pregunta surge:
Una plenitud silenciosa, sin forma ni tiempo, simplemente ser.
Más que un “quién”, lo que se revela es un qué: conciencia, vida, fuente. Algo que no puede ponerse en palabras, pero que puede experimentarse al soltar todas las definiciones.
Una invitación
Por eso, escribir una página como esta es una paradoja. Nada de lo que diga aquí puede expresar lo que soy. A lo sumo, son pensamientos con los que me identifico momentáneamente.
Lo que sí puedo hacer es invitarte a lo mismo que me fue mostrado:
Pregúntate a ti mismo/a “¿Quién soy?”
No para que respondas con conceptos, sino para abrirte al silencio que ya te habita. Ese silencio es el verdadero maestro. Esa experiencia directa es la verdad que libera.
Todo lo que comparto en esta web (artículos, sesiones, encuentros) surge de ese mismo impulso: acompañarnos a recordar lo que somos más allá de toda máscara, más allá de toda historia.
En ese espacio, ambos nos encontramos y nos reconocemos como Uno.
¿Quieres acompañarme?
Te comparto un video que subí al canal de Youtube donde abrimos la indagación:
▶️ ¿Quién Soy en esencia? (detrás del personaje) → Ver en Youtube
▶️ Episodios de podcast con notas sobre lo revelado → Ver episodios
💡 Artículos y reflexiones para profundizar → Ver artículos
Hasta este instante,
Karel