En nuestro camino, a menudo confundimos la gratitud con una transacción. La tratamos como una respuesta educada a un evento «bueno»: «Gracias por este éxito», «Gracias por esta buena noticia».
Pero, ¿qué sucede cuando las noticias no son buenas? ¿Qué pasa con la gratitud cuando la forma del mundo no se ajusta a nuestros deseos? Ahí, la gratitud del ego se silencia, porque su gratitud es condicional.
Hoy exploramos qué es la gratitud espiritual. No es un acto, es un estado. No es una respuesta al mundo, es el reconocimiento de la Verdad a pesar del mundo.
Recientemente, recibí un mensaje en la quietud, una meditación sobre este tema. Quiero compartirla contigo de forma literal, tal como fue recibida, y luego la exploraremos juntos a la luz de la metafísica de Un Curso de Milagros.
Vivir en gratitud
«Vivir en la plena presencia de la verdad en cada acto, en cada obra, en cada paso, es vivir en gratitud. La verdadera gracia del universo se expresa maravillosa y plena, sin importar las correspondencias ni juicios mentales del ego que limita y discrimina la realidad según sus propias conjeturas. Al no ser individual, la gratitud es inmutable e imperecedera; sólo así eternamente resplandece sobre todas las cosas.
Considerar que en algún momento alguno de tus hermanos o alguna situación carece de esta verdad trascendente, es definir a la gratitud de manera incorrecta. Ella siempre encontrará la forma de mostrarte que estabas equivocado, por solo el hecho de considerar siquiera que algo no valía de gracia.
La gratitud es un estado de reconocimiento de Dios (la fuente que todo lo es); por ende, observarla ya te dispone en estado de gracia. La única herramienta que no ha sido creada por el Yo (que trata de tapar esa verdad esencial) es la observación sin juicio de tu propia gracia. Por ende, al considerarla, estarás velando por la gracia del acto mismo, que ya te hace partícipe de su dicha. La ponderación de cualquier cantidad o variación preferente sobre las cosas está exenta de gracia. Ya que solo por el hecho de ser uno con el todo, tú ya eres la gratitud misma.
Agradecer no es estar en gracia, agradecer no es gratitud verdadera, agradecer es reconocer que la gratitud ya estaba allí aunque no la hubieras visto. No obstante, agradecer es importante para el proceso de descubrimiento, ya que es el reconocimiento primero de la evolución de consciencia, solo hasta el punto en que ya no sea necesaria dicha evolución. Solo hasta el momento en que la gratitud sea en sí misma tu única verdad.
Mientras tanto, agradece cada cosa, cada persona que se acerque a tu vida, y no solo las que sean de tu agrado. Sino que todas y cada una de esas cosas que agradezcas, sin importar tu evaluación, son las que te acercarán a la gratitud única y verdadera.»
Desglosando el Mensaje: La Gracia Inmutable
Este texto nos presenta una Verdad radical: la gratitud no es algo que hacemos, es algo que Es.
«Al no ser individual, la gratitud es inmutable e imperecedera…»
El ego, la mente separada, cree que la gratitud es personal. «Yo estoy agradecido». Pero esto es un error.
Un Curso de Milagros nos enseña que el mundo que vemos es una proyección de nuestra propia mente. El ego «limita y discrimina la realidad según sus propias conjeturas».
El ego divide el mundo en «bueno» (digno de gratitud) y «malo» (digno de queja).
Pero la Verdadera Gratitud —que el texto llama «la verdadera gracia del universo»— no es individual. Es el Amor de Dios, que resplandece «sobre todas las cosas» por igual. No prefiere el sol a la lluvia, ni la salud a la enfermedad. Simplemente Es.
🏛️ Qué es el estado de gracia
La pregunta qué es el estado de gracia se responde aquí. No es una recompensa por el buen comportamiento. Es el estado natural de la Mente que reconoce su Unidad con Dios.
«La gratitud es un estado de reconocimiento de Dios (la fuente que todo lo es); por ende, observarla ya te dispone en estado de gracia.»
No tienes que «ganarte» la gracia. Solo tienes que reconocerla.
El ego (el «Yo») es el único que «trata de tapar esa verdad esencial». Nuestra única función es dejar de taparla.
✨ La Observación sin Juicio (La Herramienta)
Si el ego tapa la Verdad, ¿cómo la descubrimos? El texto nos da la única herramienta que el ego no fabricó:
«…la observación sin juicio de tu propia gracia.»
Esta es la práctica central de Un Curso de Milagros. Es el acto de convertirnos en el «Testigo» silencioso. Es la Rendición.
La observación sin juicio es invitar al Espíritu Santo a mirar con nosotros el juicio del ego.
Cuando el ego dice: «Esto es terrible, no puedo estar agradecido por esto», el observador silencioso no lucha. Simplemente nota el juicio («veo un pensamiento de juicio»).
Al «considerarla» (observar la gracia), «estarás velando por la gracia del acto mismo». En ese instante de observación sin juicio, nos hemos alineado con el Espíritu, y la Gracia se revela.
El Gran Dilema: Agradecer vs. Gratitud
Esta es la distinción más importante de toda la meditación.
«Agradecer no es estar en gracia, agradecer no es gratitud verdadera, agradecer es reconocer que la gratitud ya estaba allí aunque no la hubieras visto.»
Aquí se resuelve la aparente contradicción del camino espiritual.
❤️ Dar gracias vs gratitud (El Proceso)
La «Gratitud» (con mayúscula) es la Verdad. Es el Ser. Es el estado de Gracia inmutable. Es qué es la gratitud espiritual.
«Agradecer» (el verbo) es la práctica. Es la herramienta que usamos en el sueño para desmantelar al ego y recordar la Verdad.
El texto es claro: «agradecer es importante para el proceso de descubrimiento».
El ego no puede ser Gratitud, porque el ego es la creencia en la carencia. Pero sí puede practicar el agradecimiento.
Agradecer es el «entrenamiento mental» de Un Curso de Milagros. Es el acto consciente de reenfocar la mente. Cuando el ego quiere quejarse, la mente entrenada elige agradecer.
No agradecemos mintiendo («Gracias por esta tragedia, ¡qué buena es!»). Agradecemos confiando («Gracias, Padre, porque sé que detrás de esta ilusión que mi ego juzga como ‘mala’, Tu Amor y mi aprendizaje están presentes»).
⚖️ La Trampa de la Preferencia
El ego vive de la «ponderación de cualquier cantidad o variación preferente».
Un Curso de Milagros llama a esto la «jerarquía de ilusiones».
El ego cree que una «gran» tragedia (como una enfermedad grave) es «peor» que una «pequeña» tragedia (como un atasco de tráfico). Y que la salud es «mejor» que la enfermedad.
Pero el Curso enseña que todas las ilusiones son lo mismo: son irreales.
La Gracia (la Gratitud Verdadera) está «exenta de gracia» de estas ponderaciones. No ve jerarquías. Ve sólo la Verdad o la ilusión.
El texto nos dice que «tú ya eres la gratitud misma». No eres el «yo» que prefiere; eres el Ser en el que todas las cosas son vistas con el mismo Amor.
La Práctica: Agradecer lo «Indeseable»
Aquí es donde la teoría aterriza en la práctica diaria. Si la Gratitud Verdadera no tiene preferencias, ¿cómo llegamos allí?
«Mientras tanto, agradece cada cosa, cada persona que se acerque a tu vida, y no solo las que sean de tu agrado.»
🧭 El Perdón como Gratitud
El texto continúa:
«Sino que todas y cada una de esas cosas que agradezcas, sin importar tu evaluación, son las que te acercarán a la gratitud única y verdadera.»
Este es el mecanismo del Perdón de Un Curso de Milagros.
El Curso nos pide que perdonemos a nuestros «enemigos» (las personas o situaciones que nos «atacan»).
Pero, ¿qué es el Perdón sino agradecer la lección que esa situación nos trae?
Cuando agradezco al hermano que me «ofende», no estoy agradeciendo el ataque (la ilusión). Estoy agradeciendo la oportunidad de ver mi propia falta de perdón, mi propio juicio. Estoy diciendo: «Gracias por mostrarme esta parte de mi mente que aún no he entregado al Espíritu Santo».
Agradecer lo que no es de nuestro agrado es la forma más rápida de sanación. Es cómo encontrar la paz interior en medio del conflicto.
Integración: El Fin de la Evolución
El propósito de la práctica de «agradecer» es, paradójicamente, hacerla innecesaria.
«…solo hasta el punto en que ya no sea necesaria dicha evolución. Solo hasta el momento en que la gratitud sea en sí misma tu única verdad.»
Llegará un momento en que dejaremos de practicar el agradecimiento, porque nos habremos convertido en la Gratitud misma.
Dejaremos de ser el «agradecedor» (el ego que elige) para Ser la «Gratitud» (el Ser que incluye).
✨ Vivir en gratitud
La respuesta a qué es la gratitud espiritual es, por tanto, una invitación a Vivir en gratitud.
No es un acto intermitente, sino una Presencia constante.
Es vivir en la «plena presencia de la verdad en cada acto, en cada obra, en cada paso».
No es «dar gracias por la vida». Es reconocer que somos la Gracia de la Vida misma, expresándose.
Un abrazo enorme. Bendiciones para tu camino.
