¿Por qué huimos del Ahora? (y cómo volver sin esfuerzo)

¡Hola Semillas!

Si ya tuviste la oportunidad de ver el video que acompaña este texto sobre «Por qué huimos del ahora…», hoy vamos a sumergirnos un poquito más en esta realidad que a menudo nos esquiva.

Es un tema que nos invita a una profunda introspección, ¿verdad?


Por qué huimos del ahora…

Una de las cosas más potentes que he descubierto para estar presente y consciente, incluso mientras hacemos mil cosas, es soltar las expectativas sobre los resultados.

¿Por qué? Porque a nuestro ego –ese personaje, ese «yo pequeño»– lo único que le interesa es la recompensa inmediata, ese «wow» a corto plazo. ¡Le fascina lo intenso y rápido!

Dejar de lado esas expectativas es entender que el momento para vivir es ahora mismo, no después, cuando esto o aquello que estamos haciendo (o que haremos mañana o el mes que viene) nos dé un resultado que supuestamente nos hará felices.

Cuando quitamos esas ideas mentales de lo que debería pasar, podemos estar más presentes, sin la mente divagando en el futuro.


La Ilusión de la Recompensa Futura ⏳

Esta actitud de quitar expectativas es, en esencia, una actitud de apertura hacia la vida. Pero, ¡ojo! A veces, cuando empezamos a hacer esto, nos damos cuenta de que… ¡ay, el presente no nos gusta tanto!. Y ahí está la clave de por qué huimos.

Nos queremos escapar mentalmente de lo que estamos viviendo porque lo juzgamos. Al juzgarlo, decimos que «no debería ser así». La frase típica es: «Yo sé cómo tendría que ser, y como no está siendo así, lo juzgo. No me gusta».

Y como no podemos escapar físicamente de lo que estamos viviendo, nos evadimos mentalmente. Estamos en el presente, pero nuestra mente ya está pensando en «¿qué haré después?», «cuando termine esto», «el próximo proyecto», «cuando tenga más dinero o más clientes».

Todas esas son trampas del ego para sacarnos del instante presente. Y claro, cuando le quitamos esas «recompensas» al ego, nos abrimos a sentir lo que realmente está pasando, aunque no nos «guste».

Ni siquiera sabemos por qué no nos gusta, solo queremos escapar.


La Verdadera Paz no se Negocia ✨

Esta práctica es lo que llamo meditación o contemplación pasiva, y para mí, es la que más beneficios trae porque se convierte en un verdadero estilo de vida, algo natural.

No se trata de forzar una atención constante, como si el mundo exterior no existiera. Contemplar el presente no es rechazar los estímulos que vienen.

Mi paz, mi alegría, mi felicidad, depende de mi estado interior, no de que no haya un estímulo que me la quite. No necesito que algo me la dé, por ende, nada externo puede quitármela. Esa actitud es de no apego.

Si estoy meditando y ladra el perro, lo escucho, pero no me apego a la idea de que «el perro interrumpió mi paz». ¡El perro no hizo nada! Todo eso nos lo hacemos nosotros internamente con nuestras expectativas de cómo «deberían ser las cosas». Eso es egocentrismo puro.


Silenciando las Preguntas del Pasado 🦋

Y hay algo fascinante sobre estar presente: cuando uno está presente, no tiene preguntas ni dudas. ¡Es así de simple! La única forma de que surja una pregunta es si la traemos del pasado.

Fíjense, inténtenlo ahora mismo: pónganse en atención plena a este presente, a cómo lo están viviendo, sintiendo, pensando. Todo eso es parte de su presente. Estén en presencia.

Pueden venir pensamientos, sí, pero si están realmente presentes, no hay preguntas. La duda aparece cuando quitamos nuestra contemplación del presente y atendemos un pensamiento que nos dice: «Salí de aquí, ¡tienes esta duda del pasado!».

Espero que esta reflexión te ilumine y te invite a habitar más plenamente este instante.

Un abrazo inmenso, y nos encontramos siempre en este momento.

Karel


Deja un comentario