¡Buenas buenas, gente linda!
Seguramente ya vieron el video que está aquí arriba, y hoy quiero compartir con ustedes algunas reflexiones que me dejó esa conexión tan especial. Vamos a adentrarnos juntos en este sentimiento tan bonito que nos une con nuestro Padre.
«Padre mío, permanece en mi mente desde el momento en que me despierto y derrama Tu luz sobre mí todo el día. Que cada minuto sea una oportunidad más de estar Contigo. Y que no me olvide de darte las gracias cada hora por haber estado conmigo y porque siempre estarás ahí presto a escucharme y a contestarme cuando Te llame. Y al llegar la noche, que todos mis pensamientos sigan siendo acerca de Ti y de Tu Amor. Y que duerma en la confianza de que estoy a salvo, seguro de Tu Cuidado y felizmente consciente de que soy Tu Hijo.» Lección 232 UCDM
Un Despertar Iluminado ☀️
Para mí, no hay mejor manera de empezar el día que sintiendo esa presencia maravillosa desde el primer instante en que abro los ojos. Es como si una luz cálida me envolviera, llenando cada rincón de mi ser. Que cada nuevo amanecer sea esa oportunidad única para sentirnos cerca de nuestro Padre, para que su guía nos acompañe durante toda la jornada. No se trata solo de pedir, sino también de mantener viva esa gratitud constante por cada hora que nos regala y por su eterna disposición a escucharnos.
Cada Minuto Cuenta 🙏
A lo largo del día, en medio de nuestras actividades y desafíos, es fácil que la rutina nos absorba. Pero, ¡ojo! Cada minuto que vivimos es una nueva chance para recordar esa conexión especial y profunda que tenemos. No dejemos que el día se nos escape sin agradecer por ese amor incondicional que siempre está presente, incluso en los momentos que menos lo notamos. Es un ejercicio constante, una práctica diaria para mantener nuestro corazón sintonizado con esa frecuencia de paz y amor.
Al Final del Día, Su Amor Nos Arropa 🥰
Y cuando llega la noche, ese momento de descanso y reflexión, qué hermoso es sentir que nuestros últimos pensamientos también están dirigidos hacia Él. Saber que dormimos bajo la seguridad de su cuidado, conscientes de que somos sus hijos amados, nos brinda una paz inigualable. Esa confianza de estar a salvo y protegidos es un regalo inmenso que nos permite recargar energías para el nuevo día que vendrá.
Así que, mis queridos hermanos y hermanas, los invito a llevar estas reflexiones con ustedes a lo largo de su día. Que esa luz del Padre los acompañe siempre y que nunca olvidemos agradecer por su amor inagotable. ¡Hasta la próxima!