Buenas buenas,
Hoy quiero compartir con ustedes una reflexión; «No hay grado de dificultad en los milagros«.
Esta frase, que es central en El Curso de Milagros, me resonó profundamente y siento que tiene mucho para enseñarnos sobre cómo percibimos la realidad y nuestro potencial para experimentar lo que llamamos milagros.
Sintiendo la Verdad Más Allá de la Razón 🤔
Cuando realmente nos permitimos sentir, más allá de analizarlo todo con la cabeza, nos damos cuenta de la verdad que encierra esta afirmación: no hay grados de dificultad en los milagros. Si abrimos la mente a la posibilidad de que los milagros vienen de una fuente mucho más grande que nuestro entendimiento limitado, una conciencia que abarca la realidad de una manera que nosotros no podemos concebir completamente, entonces la idea de que algo pueda ser «más difícil» para esa fuente simplemente se disuelve.
Desde nuestra perspectiva humana, llena de limitaciones y categorizaciones, es natural que veamos ciertos problemas o desafíos como más complejos o difíciles de resolver que otros. Creemos que una enfermedad grave es un obstáculo mayor que un simple dolor de cabeza, y por lo tanto, la curación de la primera requeriría un «milagro» más grande. Pero, como exploramos arriba, esta es solo nuestra visión acotada de la realidad.
La Mente Comparativa y sus Limitaciones 🧠
Para entender por qué nuestra mente tiende a ver grados de dificultad, hice un análisis basado en las enseñanzas de David Hawkins. La intelectualización tiene un límite, y para acceder a una comprensión más profunda, a la verdad trascendente, necesitamos ir más allá de los niveles de conciencia puramente racionales.
Antropológicamente, nuestra mente evolucionó para clasificar y comparar la realidad como una herramienta de supervivencia. Percibimos el mundo a través de filtros y comparativas con nuestras experiencias previas. Etiquetamos, ordenamos y categorizamos todo: útil o inútil, bueno o malo, grande o pequeño. Este proceso, aunque práctico en muchos sentidos, crea una especie de «biblioteca cerrada» de información limitada, que no alcanza a abarcar la totalidad de la realidad.
Entonces, cuando enfrentamos una dificultad, nuestra mente comparativa la evalúa en relación con otras experiencias y establece un «grado de dificultad» basado en esa comparación limitada. Pero para la Divinidad, para el Todo, no existe esa comparación. No hay «más grande» o «más pequeño» en sí mismos. Todo es parte de la totalidad, y para el infinito, nuestras pequeñas cajas de percepción son insignificantes.
El Milagro: Instantáneo y Siempre Presente ✨
La maravilla de todo esto es que tenemos la capacidad de acceder a una conciencia que no es lineal, una perspectiva que va más allá de nuestra mente comparativa. El Curso de Milagros nos invita a observar la no forma, lo que está más allá de nuestras percepciones limitadas, para darnos cuenta de que todo milagro es completamente posible.
De hecho, el milagro es instantáneo, ocurre en el momento presente. No hay que esperar, conseguir o lograr nada. Ya está disponible para nosotros en este mismo instante. El proceso de «educación de la mente» del que se habla en el Curso es simplemente limpiar nuestras creencias limitantes para que podamos abrirnos a algo que nuestra mente racional no puede comprender completamente.
La única razón por la que la sanación o el milagro no parece suceder es porque creemos que no sucede.
Nuestra incredulidad perpetúa la sensación de separación del Todo. Pero en el momento en que nos abrimos a la posibilidad del milagro, accedemos a él de manera instantánea. Quizás la manifestación física tome un tiempo para que nuestra mente lineal lo procese, pero la potencialidad del milagro es inmediata.
Los invito a que cada día se permitan observar esta frase – no hay grado de dificultad en los milagros – y a sentirla en su interior, más que tratar de entenderla con la mente. Este video arriba busca abrir esa puerta a la comprensión, pero son ustedes, desde su propia conciencia, quienes pueden dar el paso y recibir esa verdad con total apertura y amor.