Muy buen día, querida semilla. Te invito a cerrar los ojos del cuerpo por un instante y abrir el ojo de la visión, más allá de las formas.
Nota cómo todo comienza a desdibujarse, a expandirse. Siente esa ligera tranquilidad, esa Paz que emerge cuando sueltas tu visión personal y te abres a una integración mayor.
Hay un descanso profundo en recordar: no estamos separados de nada ni de nadie, y nunca lo hemos estado. Esa es la Paz y la Plenitud del Ser.
Esta expansión que sientes, este Amor creciente, sucede constantemente, lo veamos o no. No requiere nuestro esfuerzo. Sin embargo, podemos jugar y divertirnos con las formas que emergen en esta danza infinita.
Esta experiencia no es un escape de la realidad; es el reconocimiento de la Realidad Mayor que subyace a toda forma, incluyendo nuestro cuerpo, nuestro «yo», y nuestros emprendimientos. Somos Espíritu teniendo una experiencia humana, no al revés.
Recordar esto es el camino de la Integración (Ser); olvidarlo es el camino de la desintegración (ego), la percepción de separación que Un Curso de Milagros llama el «pecado original», la única causa de todo sufrimiento.
Hoy vamos a integrar Los 7 Principios de Emprender en Conciencia, vistos en nuestras sesiones anteriores. No como metas externas a conseguir con esfuerzo, sino como cualidades inherentes del Ser que ya somos, esperando ser reconocidas y expresadas a través de nuestro servicio en el mundo. Este es el mapa detallado para Crear con Dios, para co-crear nuestra realidad desde la Unidad y la Confianza Plena.
El Mapa Holístico: De lo Sutil a lo Denso, del Cielo a la Tierra
Estos siete principios no son escalones aislados en una escalera lineal, sino facetas interconectadas y resonantes de una misma Verdad Única. Forman un mandala, un mapa holístico de la Consciencia en manifestación.
Sin embargo, su presentación sigue un orden energético natural, un flujo que va de lo más sutil e invisible a lo más denso y tangible, reflejando el proceso mismo de la Creación: desde la Intención Pura hasta la Forma manifestada.
Ignorar este flujo sagrado e intentar empezar por «abajo» —por la acción, la estrategia, la forma material— es la propuesta invertida del ego. El ego siempre nos tienta a buscar soluciones en el mundo externo, en el «hacer», olvidando que toda manifestación duradera y alineada nace del «Ser».
Como exploraremos en detalle, los primeros tres principios (Propósito, Guía, Sabiduría) residen en el «mundo de arriba», la esfera de lo no visible, lo abstracto, la Consciencia Pura. Los últimos tres (Acción, Compartir, Abundancia) se despliegan en el «mundo de abajo», el mundo de las formas, lo tangible, la experiencia material.
Y en el centro neurálgico, actuando como un corazón pulsante y puente sagrado entre ambos mundos, se encuentra la Presencia, clave para el equilibrio espiritual y material.
1. El Norte Inmutable: Propósito (Corona – Conexión Divina)
El viaje de la creación consciente comienza inevitablemente en lo más elevado, con el reconocimiento del Propósito. Este no es un objetivo mundano, una meta personal definida por el ego para obtener validación, seguridad o placer en el mundo.
Es el Propósito de vida inmutable, la intención fundamental que compartimos todos los Hijos de Dios, más allá de nuestras formas individuales: recordar Quiénes Somos en Verdad. Es el viaje de descubrir al Ser que yace bajo las capas del personaje, de reconocer nuestra Unidad intrínseca con la Fuente y con toda la Creación.
«Hasta ahora me he dado cuenta de que, lo que menos varía, es la conciencia con la que soy testigo de todo lo que varía.»
Todo lo demás en el mundo de la forma es, por definición, cambiante, transitorio, impermanente: nuestro cuerpo, nuestros pensamientos, nuestras emociones, nuestras relaciones, nuestras circunstancias materiales.
Si anclamos nuestro sentido de propósito en algo efímero —conseguir cierta cantidad de dinero, alcanzar fama, mantener una relación específica, incluso lograr un «impacto» definido por el ego—, nos condenamos al sufrimiento recurrente. Estaremos constantemente intentando aferrarnos a olas que, por naturaleza, fluyen y se transforman. El ego ama los propósitos variables y externos porque nos mantienen distraídos de la única meta real y perdidos en el laberinto de la ilusión.
✨ ¿Cómo Discernir el Propósito del Ser vs. las Metas del Ego?
El Propósito de vida inmutable del Ser siempre apunta hacia estados internos de Consciencia: Paz, Amor, Perdón, Unidad, Despertar. Las metas del ego siempre apuntan hacia resultados externos específicos en la forma: dinero, reconocimiento, relaciones, posesiones.
La clave es usar las metas externas como vehículos o aulas para practicar el Propósito interno, no como fines en sí mismos. Pregúntate: ¿Esta meta me sirve como oportunidad para practicar el Perdón, la Confianza, la Entrega? Si la respuesta es sí, estás alineado.
Definir un Propósito de vida inmutable («Descubrir y Extender el Amor de Dios», «Ser un Instrumento de Paz», «Despertar a mi Verdadera Identidad») nos proporciona un Norte Fijo, una brújula interna infalible que permanece estable en medio de las tormentas del mundo. Esta firmeza en la intención es el cimiento indispensable sobre el cual se construyen Los 7 Principios de Emprender en Conciencia.
2. El Sendero Revelado: Guía (Tercer Ojo – Visión Interior)
Una vez que el Propósito está claro y se mantiene firme e inmutable en nuestra mente y corazón, el segundo principio emerge con naturalidad y evidencia: empezamos a reconocer la Guía.
Si nuestro Norte es estable y nuestra intención es pura (alineada con el Ser), empezamos a percibir las señales, las miguitas de pan que el Espíritu Santo nos deja constantemente para orientarnos en el camino de regreso a Casa.
¿Dónde se encuentra esta Guía infalible? No en un gurú externo ni en un oráculo complejo, sino entretejida en la trama misma de tu vida cotidiana.
- Las sincronicidades aparentes: Esos «justo a tiempo», esos encuentros «casuales», esa información que «aparece» en el momento preciso.
- Los «obstáculos» y desafíos percibidos: Como mencionamos en la sesión, la «montaña» que surge en tu camino no es un error del universo ni una señal para abandonar. Es una señal inequívoca, una lección perfectamente diseñada para tu aprendizaje. Verla con Presencia (estar dispuesto a mirarla sin juicio) te permite discernir la Guía oculta: ¿Debo bordearla con paciencia? ¿Debo escalarla, desarrollando nuevas fortalezas? ¿O hay un túnel de Gracia que mi miedo no me dejaba ver? Chocarte repetidamente con ella, ignorarla o quejarte, solo genera victimización y refuerza la creencia en la separación.
- Las sensaciones corporales e intuiciones: Ese «sentir» visceral en el estómago, esa corazonada, esa certeza interna que no necesita lógica. Es la voz del Espíritu Santo hablándote directamente a través de tu sistema energético.
«Su vida tiene las respuestas. Todas, todas, todas.»
🙏 ¿Cómo Confiar en la Guía Cuando Parece Ilógica?
Si sientes que «no ves» la Guía, que «el universo no te habla», es casi seguro que el Propósito (Principio 1) aún no está firmemente elegido o se ha mezclado con metas del ego.
Cuanto más incondicionalmente te alineas con tu Propósito inmutable de despertar, más clara, obvia e innegable se vuelve la Guía. El universo entero conspira a favor de tu regreso a la Fuente.
La clave es la disposición a escuchar y, sobre todo, la Confianza para seguir las indicaciones, incluso (¡especialmente!) cuando contradicen la lógica del ego o te invitan a salir de tu zona de confort.
3. La Inteligencia Infinita: Sabiduría (Garganta – Expresión Verdadera)
Seguir la Guía con Confianza, rendirse a las señales de la vida incluso sin comprenderlas intelectualmente, nos abre la puerta al tercer principio: la Sabiduría.
Esta no es la sabiduría acumulativa del mundo, basada en la recolección de información, datos y experiencias pasadas (el dominio del ego). Es una Sabiduría que trasciende la mente conceptual, un entendimiento intuitivo y directo que surge de la conexión con la Mente Universal.
Es el «darse cuenta» profundo de que «la vida sabe», de que hay una Inteligencia Amorosa e Infinita orquestando todo el aparente caos con un propósito perfecto.
«Cada vez me doy más cuenta de que no sé, es por eso que me entrego a la vida.»
Esta humilde rendición al «no saber» del ego es, paradójicamente, la verdadera Sabiduría. Es la Confianza Plena (la «fe» en su sentido más puro y activo) en el Reino de los Cielos, en la perfección inherente del Plan Divino, aunque nuestra visión limitada solo perciba fragmentos.
Es la recuperación de la inocencia del niño sabio, que vive la aventura de la vida con curiosidad y entrega, siguiendo su corazón sin necesidad de mapas lógicos. Nos desconectamos trágicamente de esta Sabiduría innata cuando idolatramos el intelecto y creemos que solo existe el mundo material y lo que podemos medir y controlar.
🧐 ¿Cómo Distinguir la Sabiduría del Ser del Conocimiento del Ego?
El conocimiento del ego siempre es complejo, condicional, basado en el pasado y orientado al futuro. Busca «resolver problemas» y «controlar resultados».
La Sabiduría del Ser es siempre simple, incondicional, anclada en el presente y orientada a la Paz. No busca «resolver», sino disolver la percepción del problema.
El conocimiento te hace sentir «inteligente» pero a menudo ansioso; la Sabiduría te hace sentir humilde pero profundamente en Paz. Escucha la sensación que acompaña al pensamiento: ¿es expansión o contracción? Ahí está la clave.
4. El Centro Sagrado: Presencia (Corazón – Amor Incondicional)
Llegamos al corazón pulsante del mapa, el eje central que conecta el mundo de arriba (lo sutil: Propósito, Guía, Sabiduría) con el mundo de abajo (la forma: Acción, Compartir, Abundancia). Este es el principio de la Presencia.
Estar en Presencia no es una técnica que practicamos para «llegar» a algún lugar. Es el simple reconocimiento de lo que somos en nuestra esencia más allá del tiempo y el espacio. Siempre estamos presentes, siempre estamos existiendo únicamente en el eterno Ahora.
La paradoja cósmica es que la mente del ego no es consciente de esta Presencia inherente, ya que vive casi exclusivamente perdida en las ilusiones del pasado (culpa, resentimiento) o proyectada en las fantasías del futuro (miedo, expectativas).
La Presencia, por lo tanto, es ser consciente de que estás presente. Es despertar dentro del momento. Y este estado aparentemente simple tiene un poder transformador y creador inmenso:
- Discernimiento Infalible: Desde la Presencia, desde la quietud del Corazón, accedes a una certeza intuitiva que trasciende radicalmente la duda y el análisis de la mente lógica. Simplemente sabes, sin necesidad de «cómo» o «por qué», si el paso que estás considerando te alinea o te desvía de tu Propósito fundamental.
- Emanación Creadora (Emuná): La Presencia no es pasiva; es pura emanación, irradiación activa de la cualidad de tu Ser. Es la «fe» en su significado original hebreo (Emuná): no una creencia ciega en algo externo, sino la fuerza creadora inherente que surge de tu conexión consciente y sentida con la Fuente. Jesús sanaba por la pura fuerza de su Presencia alineada. La Presencia como puente creador es la esencia de la manifestación consciente.
- Voluntad Unificada: La Presencia es el punto sagrado donde tu voluntad individual (lo que crees querer desde el ego) se rinde y se alinea espontáneamente con la Voluntad Universal (el flujo del Amor y la evolución de la Consciencia). Es el eco sentido del «Padre, que se haga Tu voluntad y no la mía», pronunciado no desde la resignación, sino desde el reconocimiento gozoso de que, si tu único propósito es recordar el Ser, ambas voluntades son intrínsecamente una. Alinear voluntad individual y universal ocurre naturalmente en la quietud del corazón presente.
🌿 ¿Cómo Cultivar la Presencia en la Vida Cotidiana?
La Presencia no requiere retirarse a una cueva. Se cultiva aquí y ahora, en medio de nuestras actividades.
Prácticas simples como sentir la respiración por un momento, notar las sensaciones en el cuerpo, escuchar atentamente los sonidos a tu alrededor, o simplemente preguntarte «¿Estoy consciente en este momento?», te anclan instantáneamente en el Ahora.
La clave es la repetición frecuente de estos micro-momentos de despertar a lo largo del día, integrando la Consciencia en la trama de lo cotidiano.
5. La Danza Divina: Acción (Plexo Solar – Poder Personal)
Una vez que estamos anclados en la Presencia (Principio 4), descendemos con naturalidad al «mundo de abajo», al reino de la forma manifestada, comenzando por la Acción.
Pero esta no es la acción reactiva, forzada y a menudo frenética impulsada por el ego (miedo a no tener suficiente, necesidad de probar valía, comparación con otros). Es la Acción Alineada, la expresión espontánea y gozosa que surge como una extensión natural de tu estado interno de conexión y claridad.
«Empiezo a emprender acciones que estén alineadas. Si yo no hice todo lo de arriba, empiezo a hacer cualquier cosa.»
El error fundamental del ego es empezar el proceso por aquí, por la Acción (Principio 5). Cree ciegamente que «hacer más» (productividad forzada, estrategias copiadas) es lo que determina el resultado.
Ignora por completo los cuatro principios superiores (Propósito, Guía, Sabiduría, Presencia) y queda inevitablemente atrapado en la rueda de hámster del «hacer» compulsivo sin un «Ser» consciente que lo guíe, llevando al agotamiento y la frustración.
⚡ ¿Cómo Reconocer la Acción Inspirada vs. la Acción Compulsiva?
La Acción Alineada (o Inspirada) surge de la quietud, de la escucha interna. Se siente ligera, fluida, gozosa, incluso si requiere esfuerzo físico. Viene con una sensación de certeza y a menudo parece «la única cosa lógica por hacer» en ese momento.
No está motivada por el miedo o la presión, sino por un impulso interno de expresión y servicio. Es la «piedrita» de David contra Goliat: una acción aparentemente pequeña que, al venir impulsada por la Voluntad Divina reconocida en la Presencia, tiene un poder desproporcionado y efectivo.
La Acción Compulsiva del ego, en cambio, se siente pesada, forzada, ansiosa. Está motivada por el «debería», la culpa, el miedo o la comparación. Busca controlar el resultado y a menudo genera más caos que claridad.
6. El Fluir Generoso: Compartir (Sacro – Creatividad y Relaciones)
Cuando la Acción que emprendemos está genuinamente alineada con nuestro Ser (Principio 5), el siguiente paso es tan inevitable y natural como la exhalación después de la inhalación: Compartir.
Este compartir, sin embargo, es radicalmente diferente del «compartir» estratégico del ego. No es una táctica de marketing calculada para «conseguir» seguidores, clientes, validación o reciprocidad. Es la expansión espontánea del Ser, el desborde natural de la Plenitud, la Alegría y el Amor que se han cultivado internamente a través de los principios anteriores.
«Tengo ganas de compartir algo, no es ‘voy a compartir para conseguir’. ¿Ven la diferencia?»
Si empiezas el proceso «por abajo», impulsado por el ego, compartes desde la carencia, buscando llenar un vacío interno con algo externo. Si vienes «de arriba», alineado con el Ser, compartes desde la plenitud, porque la energía del Amor simplemente necesita extenderse.
Es Servicio puro e incondicional, como Jesús lavando los pies de sus discípulos. No buscas nada a cambio porque el acto mismo de compartir es la recompensa. Sientes, como describimos, que «vas a explotar si no lo compartes». Es una necesidad del Alma de dar, no una estrategia de la mente para recibir.
💖 ¿Cómo Superar el Miedo a Compartir (Vulnerabilidad)?
El miedo a compartir (a ser visible, a ser juzgado, a no ser «suficiente») es una resistencia del ego que surge precisamente cuando estamos a punto de extender nuestro Amor.
La clave para trascenderlo es recordar el Propósito (Principio 1) y anclarse en la Presencia (Principio 4). Compartes no para el aplauso del mundo, sino como un acto de devoción a tu Verdad interna.
Reconoces que cualquier juicio externo es solo un reflejo de juicios internos no sanados (propios o ajenos) y eliges compartir de todos modos, como una ofrenda de Amor.
7. La Cosecha Natural: Abundancia (Raíz – Manifestación Material)
Y así, fluyendo armoniosamente desde el Propósito inmutable hasta el Compartir generoso y alineado, llegamos al séptimo y último principio (en este mapa): la Abundancia.
Es crucial entender esto: la Abundancia, en todas sus formas (dinero, oportunidades, relaciones, salud, Paz), no es la meta a perseguir. Es la consecuencia natural e inevitable de vivir en coherencia vibratoria con los seis principios anteriores. Es la cosecha que surge espontáneamente cuando el árbol entero (desde la raíz hasta la flor) está sano y alineado. El verdadero equilibrio espiritual y material se manifiesta aquí.
«Al que tiene se le dará [más], y al que no tiene [o cree no tener] se le quitará incluso lo poco que tiene.» (Mateo 25:29)
Esta enigmática parábola de Jesús es pura metafísica de la manifestación consciente:
- «Al que tiene»: Se refiere a aquel que reconoce y vive desde su Plenitud interna inherente, su conexión con la Fuente (viene «de arriba»). A esa persona, se le dará más expresión de esa Plenitud ya reconocida en el mundo de la forma (Abundancia manifestada).
- «Al que no tiene»: Se refiere a aquel que opera desde la creencia en la carencia, desde la percepción de separación del ego (empieza «por abajo»). A esa persona, incluso lo poco que consiga externamente a través del esfuerzo se sentirá vacío, insuficiente o se perderá, porque su vibración interna fundamental sigue siendo de falta.
La Madre Teresa, que materialmente «no tenía nada», era un imán de Abundancia infinita (recursos, voluntarios, impacto global) porque estaba totalmente alineada con su Propósito y su Servicio incondicional. La Abundancia es, primordialmente, un estado del Ser reconocido internamente, que luego se refleja magnéticamente en la forma, no al revés.
🔑 ¿Cómo Liberar los Bloqueos a la Abundancia?
Si sientes que la Abundancia no fluye en tu vida a pesar de tus esfuerzos, la respuesta no está en «hacer más» en el mundo externo (Principio 5, 6 o 7).
La respuesta está en revisar los principios superiores: ¿Está mi Propósito (1) verdaderamente alineado con el Ser? ¿Estoy escuchando y siguiendo mi Guía (2)? ¿He cultivado la Sabiduría (3) de la Rendición? ¿Estoy operando desde la Presencia (4)? El equilibrio espiritual y material depende de esta alineación.
Al sanar y alinear estos fundamentos sutiles, los bloqueos a la Abundancia (que son siempre mentales y emocionales) se disuelven naturalmente.
Integración Práctica: Disciplina vs Rutina Espiritual
Este mapa holístico nos ofrece una claridad fundamental para diferenciar entre disciplina y rutina, un punto clave que exploramos.
- Rutina (la propuesta del ego): Es la rigidez mecánica en lo cotidiano. Es intentar seguir un plan fijo y preestablecido (como un coche sin volante o sobre raíles) sin importar las señales del camino (la montaña inesperada) o el sentir interno del momento. El ego ama la rutina porque le proporciona una ilusión de control y seguridad en un universo que, en realidad, es fluido y cambiante. La rutina sin Consciencia es una jaula.
- Disciplina (la invitación del Ser): Es la firmeza inquebrantable en el Propósito inmutable. Es mantener el foco constante en el Norte Verdadero (recordar tu Ser). Esta disciplina interior te otorga, paradójicamente, la máxima libertad y flexibilidad para adaptar la «rutina» (el cómo llegas a ese Norte) según la Guía recibida en el momento presente. La disciplina vs rutina espiritual es la danza consciente entre la firmeza del Ser y la fluidez de la Forma.
El ego invierte fatalmente esta ecuación: propone un propósito variable (cambiando constantemente de metas externas) pero exige una rutina rígida (hacer siempre lo mismo de la misma manera). Por eso nos sentimos perdidos y frustrados. El Ser nos invita a la cordura: Propósito fijo e inmutable, camino flexible y guiado. Comprender la diferencia entre disciplina vs rutina espiritual es fundamental.
Crear con Dios es Recordar Quién Eres
Los 7 Principios de Emprender en Conciencia no son un nuevo método para «lograr el éxito» en los términos del mundo. Son un mapa sagrado para recordar tu Verdadera Identidad y permitir que esa Verdad se exprese a través de ti en forma de servicio gozoso. Son reconocimientos de cualidades que ya son inherentes a tu Ser, esperando ser desempolvadas.
Crear con Dios es simplemente alinear tu voluntad individual (tus deseos y acciones) con la Voluntad Universal (el flujo del Amor, la Verdad y la Expansión de la Consciencia), cuyo único propósito real es la felicidad y liberación de todos los Hijos de Dios. Este proceso de manifestación consciente paso a paso se despliega con Gracia y facilidad cuando te rindes a Él.
Tu tarea no es «hacer» nada extraordinario para «ganarte» estos principios o «alcanzar» un estado superior. Tu única tarea real es observar con honestidad dónde te resistes a tu propia Grandeza, dónde te has creído la ilusión de la separación (el ego), y entregar amorosamente esa resistencia al Espíritu Santo a través de la Presencia como puente creador. Entender cómo alinear voluntad individual y universal es parte de este camino.
🧭 Una invitación a Vivir tu Propósito
Si sientes que integrar Los 7 Principios de Emprender en Conciencia es tu siguiente paso natural y deseas un acompañamiento personalizado en este viaje de recuerdo y manifestación, te comparto que estos principios son el corazón de la mentoría individual de 7 semanas Vivir tu Propósito.
Este es un espacio diseñado precisamente para facilitar esta profunda integración, semana a semana, aplicándolos directamente a tu vida y proyecto para permitir la expansión alineada que tu Ser anhela expresar.
Al hacerlo, te conviertes, momento a momento, en ese canal puro, esa antena perfectamente sintonizada que desciende el Cielo a la Tierra, logrando el equilibrio espiritual y material y manifestando con naturalidad la Guía, la Sabiduría, la Acción Alineada, el Compartir Gozoso y la Abundancia Infinita que ya son tuyos por Derecho Divino. Aplicar Los 7 Principios de Emprender en Conciencia te alinea con este flujo divino.
Confía en tu Guía interna. Mantén tu Propósito de vida inmutable fijo en el Ser. Sé divinamente flexible en la forma. Y sobre todo, descansa en el Conocimiento de que ya Eres, Aquí y Ahora, todo aquello que tu corazón anhela.
Un abrazo enorme. Bendiciones para tu camino.
Karel
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