Los 4 Acuerdos Toltecas | Charla con Florencia Rios

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Hola, Queridos Hermanos,

¡Qué hermoso instante se reveló en nuestra conversación sobre el libro «Los 4 Acuerdos Toltecas» junto a Florencia Rios!

Este tema, que habíamos guardado como una joya en el cajón de las revelaciones, nos invita a un camino de profunda conexión con lo esencial de nuestro ser y la conciencia.

Son cualidades prácticas que, aunque a veces puedan parecer abstractas, nos guían hacia una vida más plena y consciente.


✨ Los 4 Acuerdos Toltecas: La Danza de la Conciencia

Comprendemos que la información, incluso un mismo libro o enseñanza, se revela de manera diferente según nuestro nivel de conciencia.

Es como si la vida nos invitara a desvelar capas de entendimiento, permitiendo que la sabiduría resuene con una profundidad que solo el momento presente puede ofrecer.

Todas las interpretaciones son válidas, pues nos brindan la perspectiva necesaria en el instante justo. Por ello, abrazamos la apertura a descubrir juntos qué nuevo sentido puede surgir, soltando cualquier idea preconcebida.


🗣️ El Primer Acuerdo: Sé Impecable con Tus Palabras

Este acuerdo nos invita a una profunda introspección sobre el poder de nuestra expresión.

Inicialmente, podemos vernos cayendo en la autoexigencia de pulir cada palabra, tono y momento. Sin embargo, la impecabilidad va más allá de la gramática o la cortesía; se trata de la energía y el lugar desde el que compartimos nuestras palabras.

Nuestras palabras son un verbo creador, capaces de ordenar nuestro mundo interno y de cambiar la realidad de otro. Es crucial discernir si vienen del corazón o de la mente.

Ser impecable significa hablar sin pecado, desde la pureza del amor. Una práctica poderosa es escucharnos al hablar, incluso a solas, como una herramienta de autoconocimiento.


🤲 El Segundo Acuerdo: No Te Tomes Nada Personalmente

¡Qué gran desafío para la humanidad! Tendemos a personalizarlo todo.

Este acuerdo nos revela que casi todo es personal, pero no en el sentido de ofensa, sino en cómo nuestra percepción lo filtra. Nuestro ego nos lleva a seleccionar lo que nos gusta y a rechazar lo que nos hiere.

Aquí reside una gran oportunidad: asumir la responsabilidad de nuestras interpretaciones del mundo. Incluso si alguien nos dice algo directamente, nuestra interpretación de ello no es necesariamente lo que la otra persona siente o quiso decir.

Cuando nos sentimos afectados, la vida nos muestra una puerta inmensa para liberarnos de aquello que la situación evoca en nosotros. En lugar de reaccionar, se nos invita a recibir, analizar, sentir y deglutir la información que nos llega, permitiendo que nos empape antes de responder.

Este acto de no reaccionar transforma lo que podría ser una herida en un tesoro, un regalo para nuestro crecimiento.


🚧 El Tercer Acuerdo: No Hagas Suposiciones

Este acuerdo está intrínsecamente ligado al anterior, pues las suposiciones a menudo nacen de la interpretación de la «posición» del otro, generando dualidad y conflicto.

Cuando hacemos suposiciones, escuchamos y vemos lo que queremos, perdiéndonos la información genuina que nos trae nuestro entorno y la verdadera esencia de los seres con quienes interactuamos.

Defender una posición mental, una idea, es el ego en su máxima expresión de orgullo y vanidad.

Nos lleva a creer que nuestra forma de pensar es la única y a querer «colonizar» el pensamiento de los demás. Sin embargo, al soltar la necesidad de defender nuestras posiciones, la vida se vuelve más rica, íntegra y libre.

Nos abrimos a integrar otras perspectivas, trascendiendo el ego que se aferra a lo viejo. Soltar es más fácil que aferrarse; solo hay que abrir la mano.


🌟 El Cuarto Acuerdo: Haz Siempre lo Máximo que Puedas

Este acuerdo nos invita a la excelencia del ser, no a una autoexigencia o sacrificio.

Para alcanzar nuestro máximo potencial, necesitamos soltar la creencia de que ya lo estamos dando todo. Se trata de volver a la coherencia con nuestro ser genuino, más allá de los límites que la sociedad o nosotros mismos hemos construido.

La vida nos está invitando constantemente a ser nuestras mejores versiones; solo necesitamos estar atentos y elegir. Dar lo máximo es estar plenamente presente mientras la vida sucede.

El ego, al querer obtener y acaparar, se pierde la maravilla de que ya lo tenemos todo, somos infinitos y eternos. Cuando nos vinculamos con otros comprendiendo que «Yo soy tú, tú eres otro yo» (In Lak’ech), nuestras acciones se vuelven más amorosas y compasivas.

Dar lo máximo es una disposición de amor, una sonrisa compartida.


No es una utopía, sino una forma de vivir que transforma nuestro propio mundo desde la coherencia del ser. Nos convertimos en el camino, la verdad y la vida. Abramos el corazón a esta aventura emocionante y siempre nueva.

Gracias por este bendecido instante. Que estas reflexiones siembren curiosidad y nos impulsen a explorar la magia de nuestro interior.

Un gran abrazo de corazón a corazón.

Karel