Las leyes de la Curación (parte 1): La Mente

Hoy nos introducimos en las leyes de la Curación. Cuando hablamos de curación, no hablamos de una simple transacción física, sino de algo mucho más profundo: la curación de la mente.

Hablamos del retorno de nuestra percepción a la Verdad que somos.

A partir de ese retorno, cualquier milagro es posible. Porque, como nos dice Un Curso de Milagros, no hay grados de dificultad en los milagros.

Para que la curación sea posible, primero debe ser posible en nuestra mente. Su propósito solo puede alcanzarse cuando entendemos las leyes de la Curación que la rigen.

Claramente, hay ciertas leyes que hemos distorsionado o pasado por alto, abocándonos a la ilusión. Al disolver esa ilusión, volvemos a la Verdad que permite la sanación.

El Curso nos da una guía, un resumen de qué debe ocurrir para que la curación tenga lugar.

«Repasemos los principios que hemos estudiado y organicémoslos a modo de resumen de qué debe ocurrir para que la curación sea posible. Pues una vez que es posible no puede sino tener lugar.»

Aplicar las leyes de la la Curación es simplemente un retorno a la cordura.


La Premisa Central: La Separación como Única Causa

La primera de las leyes de la Curación es la más fundamental, el diagnóstico que subyace a toda experiencia de dolor:

«Toda enfermedad tiene su origen en la separación.»

Cualquier percepción ilusoria de que la curación no es posible, o la creencia de que el pecado es real, se basa en esta misma idea: la ilusión de estar separados de la Mente de Dios.

Es la creencia en ser distintos al Hijo de Dios, el no reconocer nuestra verdadera Causa.

💖 La Cordura: Negar la Separación

La sanación, entonces, es un acto de negación. No la negación del cuerpo o del mundo, sino la negación de la premisa de la separación.

«Cuando se niega la separación la enfermedad desaparece.»

La enfermedad (ya sea mental, emocional o física) desaparece tan pronto como la idea que la produjo es sanada y reemplazada por la cordura.

Volvemos a ser cuerdos. El Curso nos dice que somos dementes cuando planteamos ser cualquier cosa distinta al perfecto Hijo de Dios.

🧭 El pecado como causa de enfermedad

Aquí encontramos la relación causal que el ego se esfuerza por ocultar. El Curso es explícito:

«Al pecado y la enfermedad se les considera causa y consecuencia respectivamente en una relación que se mantiene oculta de la conciencia…»

La Causa es el pecado (la creencia en la separación). El Efecto es la enfermedad (la manifestación de esa creencia). Esta relación oculta es la que las leyes de la Curación buscan exponer.

Es una consecuencia inevitable de creernos «pecadores» (separados) el sentirnos «enfermos» (fragmentados, dolientes). Esta enfermedad de la percepción, esta distorsión, puede luego tener repercusiones fisiológicas, pero comienza siempre en la mente. Reconocer que el pecado como causa de enfermedad es una creencia, no un hecho, es el primer paso.

La idea de que el pecado como causa de enfermedad es la piedra angular de la ilusión.

✨ Sanar la separación

La curación ocurre cuando nos damos cuenta de que nunca, en ningún momento, hemos estado separados de lo que En Verdad Somos.

Y si no estamos separados de nuestra Fuente, tampoco estamos separados entre nosotros. El mundo que percibimos, y todos los que están en él, son una extensión de la misma mente que percibe.

Todo es lo mismo. Todo es Uno. Para Sanar la separación, debemos primero ver que la creencia en ella es la única enfermedad.

Mientras no reconozcamos esto, seguiremos creyendo en la enfermedad como un efecto inevitable de un mundo fragmentado. La meta es, por tanto, Sanar la separación en la mente.

💖 La Función de la Culpabilidad

La creencia en la separación (pecado) engendra un sentimiento: la culpabilidad.

«La culpabilidad clama por castigo y su petición se le concede.»

Cuando consentimos la culpa, cuando aceptamos la idea de que logramos separarnos de Dios, estamos clamando inconscientemente por castigo. Creemos que somos merecedores de ese castigo.

Para corregir el efecto (la enfermedad), debemos ir a su causa original en el mundo de las ilusiones: la creencia en la culpa.


El Engaño de la Percepción

¿Cómo pudimos caer en esta ilusión? El Curso nos da una respuesta tan simple como demoledora. Lo hicimos porque quisimos.

🧭 La percepción es un deseo colmado

«El hijo de Dios percibió lo que quería ver porque la percepción es un deseo colmado.»

En algún punto que no recordamos, tomamos la decisión de creernos separados. Y como la percepción es un deseo colmado, el mundo que vemos comprueba esa decisión.

Es el deseo de la mente por la separación, nacido de la culpa, el que ordena a los ojos que vean un mundo de cuerpos separados. La percepción no es pasiva; es un acto activo de la voluntad.

Vemos los cuerpos y decimos: «Este cuerpo está separado de otro cuerpo».

Dentro de esta mente ilusoria, es inevitable que veamos la enfermedad como real. El mundo que vemos es simplemente la prueba de que la percepción es un deseo colmado.

La corrección, por tanto, es darnos cuenta de que no somos un cuerpo, por más que parezcamos administrar uno temporalmente. Cuando retiramos nuestra identidad del cuerpo, volvemos a la Mente original del Hijo de Dios.

✨ El Mundo Mutable vs. el Conocimiento Inmutable

La percepción fue concebida para sustituir al Conocimiento.

Hemos percibido que lo transitorio y lo mutable (el mundo, el cuerpo, el tiempo) es la realidad.

Pero la Verdadera Realidad es lo que nunca cambia, lo inmutable: la Verdad de lo que Somos. Y esa Verdad no ha cambiado, por mucho que hayamos jugado a negarla.

Aquí hay una distinción vital:

«La Verdad no se puede percibir solo puede conocerse.»

A través de nuestra percepción, siempre veremos un mundo cambiante. Siempre veremos formas que varían, nacen, cambian y mueren constantemente.

Pero si volvemos a la pregunta: «¿Quién es el que percibe?», volvemos al perceptor. Volvemos a la Mente, a lo que nunca cambia. Y solo desde ahí, desde la Causa, la curación de la mente es posible.

💖 El Dador de Significado

El mundo que percibimos, el mundo de las formas, «no tiene significado».

«Lo percibido adopta muchas formas pero ninguna de ellas tiene significado.»

El significado que le damos a las formas es nuestro significado. La forma en sí misma es neutra.

El dinero, por ejemplo, no tiene el significado que le hemos dado. Es una forma, una herramienta neutra. Nosotros le hemos impuesto un significado y le hemos dado el poder de definir nuestro valor o nuestra paz.

Le hemos dado el poder de decirnos «cómo ser».

El retorno a la curación implica volver a lo inmutable. Sin importar si hay o no dinero, cuánto haya o la forma que tenga, volvemos al dador de significados.

Somos nosotros quienes decidimos el significado de todas las cosas. Y si hemos decidido mal (es decir, hemos elegido desde el miedo), podemos elegir de nuevo.


La Inversión: Invirtiendo las Leyes del Mundo

Si el mundo de la percepción está al revés, la curación requiere una inversión total de nuestro pensamiento.

🧭 Las Leyes de la Percepción están al Revés

«Las leyes de la percepción son lo opuesto a la verdad y lo que es cierto con respecto al conocimiento no lo es con respecto a nada que se encuentre aparte de él.»

El mundo que vemos parece ser la causa de nuestros sentimientos. «Esto me hizo enojar». «Aquello me dio miedo». Esta es la ley de la percepción.

Las Leyes de la Verdad nos dicen lo opuesto: nuestros sentimientos (causados por nuestra creencia interna en la separación) son la causa del mundo que vemos. Proyectamos nuestra ira y vemos un mundo iracundo.

Debemos dar la vuelta a esta interpretación. No nos vemos separados porque hay cuerpos; vemos cuerpos porque hemos elegido la creencia en la separación.

✨ La Respuesta de Dios: La Cura Única

Afortunadamente, no tenemos que hacer esta inversión solos.

Dios ha dado una Respuesta al mundo de la enfermedad, y «es aplicable por igual a cualquier clase de enfermedad».

La cura es una sola. No hay una cura para la enfermedad física y otra para la escasez económica y otra para la soledad. Todas son la misma ilusión de separación.

Por lo tanto, la Respuesta es la misma.

Esta Respuesta (el Espíritu Santo, la Expiación, la Rendición) «es eterna, [pero] opera en el tiempo, pues ahí es donde se necesita».

Se encuentra en este mundo, pero no forma parte de él. Es Real, y mora en la Mente, donde la Realidad no puede sino estar.

💖 Las Ideas no Abandonan su Fuente

Este es el principio metafísico que hace posible la curación.

«Las ideas no abandonan su fuente y sus efectos dan la impresión de estar separados de ellas… Lo que se proyecta y parece ser externo a la mente no está fuera en absoluto sino que es un efecto de lo que está dentro y no ha abandonado su fuente.»

El mundo no está «ahí fuera». Es una proyección, un efecto de lo que está dentro. Es la sombra en la pared de la caverna. Es la imagen en la pantalla del cine.

Nuestra mente es el proyector; el mundo es la pantalla. Las leyes de la Curación no se aplican a la pantalla, se aplican al proyector.

Intentar sanar el mundo «externo» (el efecto) es tan inútil como gritarle a la pantalla de cine para que el actor cambie su guion. El guion ya está en el proyector (la mente).

Ahí es donde la Curación tiene efecto.

La Respuesta de Dios está allí donde se encuentra la creencia en el pecado (la separación), «pues solo allí, en la mente, se pueden cancelar sus efectos completamente y dejárseles sin causa».


El Obstáculo: La Jerarquía de Ilusiones

Si la cura es una, es simple y ya se nos ha dado, ¿por qué parece tan difícil? ¿Por qué parecemos sanar un resfriado pero no un cáncer? ¿Por qué perdonamos una ofensa pequeña pero no una «traición» grande?

🧭 No hay grados de dificultad en los milagros

El Curso es radical e inflexible en esto. Para la Verdad, todas las ilusiones son iguales.

«Es imposible que una sola ilusión sea menos receptiva a la verdad que las demás.»

Para el Espíritu Santo, una pequeña mentira blanca y un genocidio son exactamente lo mismo: un error, una petición de Amor, una falsedad que debe ser deshecha.

Que no hay grados de dificultad en los milagros es un principio central de las leyes de la Curación, pero es el que más nos cuesta aceptar.

La única razón por la que experimentamos dificultad es porque nosotros hemos decidido que unas ilusiones son más «reales» o «valiosas» que otras. El hecho de que no hay grados de dificultad en los milagros nos invita a soltar esa jerarquía.

✨ Comprendiendo las leyes de la CurCión

Aquí está nuestro gran obstáculo: la renuencia.

«Es posible que algunas se le otorgue más valor y que haya más renuencia a entregarlas a la verdad a fin de recibir ayuda y curación.»

Aunque el Curso nos dice que «ninguna ilusión tiene ni un solo ápice de verdad en ella», nosotros no lo creemos.

Nos aferramos a algunas ilusiones más que a otras.

Odiamos la ilusión de la enfermedad, pero amamos la ilusión de un cuerpo «sano» y «bello». Odiamos la ilusión de la pobreza, pero amamos la ilusión de la riqueza.

Hemos creado una jerarquía de ilusiones. Y las leyes de la Curación no pueden operar plenamente mientras mantenemos esta jerarquía.

💖 Preferencias vs. Realidad

El Curso nos pregunta:

«¿qué tienen que ver las preferencias con la verdad?»

La respuesta es: nada.

Las ilusiones son ilusiones. Son falsas. Tus preferencias no les otorgan realidad.

La curación de la mente requiere que estemos dispuestos a entregar todas nuestras ilusiones, las «buenas» y las «malas», a la Verdad.

Debemos estar dispuestos a soltar nuestra preferencia por un cuerpo sano, para aceptar en su lugar la Verdad de nuestra Identidad como Espíritu Incorruptible.

✨ El Verdadero Deseo

Lo que es verdad es verdad siempre, inmutable, para todos. Todas las ilusiones «se verán con igual facilidad ante la respuesta que Dios proveyó».

«La voluntad de Dios es una y cualquier deseo que parezca ir en contra de su voluntad no tiene fundamento alguno en la verdad.»


Integración Final: El Retorno a la Cordura

Estas las leyes de la Curación son simples. Nos hemos enredado en un sistema de pensamiento basado en la separación (pecado) que ha generado culpa, y esa culpa exige castigo (enfermedad).

Hemos proyectado esta causa interna en un mundo externo, y ahora tratamos de sanar el efecto (el cuerpo) sin tocar la causa (la mente).

La curación de la mente es la inversión de este proceso.

Es el reconocimiento de que todas las ilusiones son igualmente falsas, sin importar cuánto las prefiramos.

Es la voluntad de retirar nuestra fe de la percepción y depositarla en el Conocimiento.

Es darnos cuenta de que la causa de todo lo que experimentamos está en nuestra mente, y es solo allí, en la mente, donde podemos encontrar y aceptar la Curación que ya está disponible para ser tomada. La aplicación honesta de las leyes de laKCuración nos devuelve a esta cordura.

Gracias por acompañarme hasta aquí. Nos vemos en el proximo episodio.

Un abrazo enorme y bendiciones para tu camino.

Karel

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