Hola Semilla,
Nos adentramos hoy en la profunda sabiduría de «las leyes de la curación» de la mano de Un Curso de Milagros, un camino que nos invita a recordar nuestra verdadera esencia.
La curación, en su sentido más elevado, es un retorno de la percepción de nuestra mente a la verdad inherente a lo que somos. Desde este reconocimiento, cualquier milagro se vuelve posible, pues se nos revela que no hay grados de dificultad en ellos.
Cuando nos damos cuenta de que hemos caído en la ilusión, podemos disolverla para volver a esa verdad que nos permite la sanación profunda de nuestra mente. Este es el fundamento sobre el que se erige la posibilidad de toda curación.
🦠 La enfermedad está en la mente
Toda enfermedad tiene su origen en la ilusión de la separación, en la creencia de que estamos separados de la mente de Dios, de nuestra verdadera causa. Cualquier percepción ilusoria de que la curación no es posible o de que el pecado tiene lugar, se basa en esta misma ilusión.
Cuando esta creencia de separación se niega, la enfermedad desaparece. Se disuelve tan pronto como la idea que la produjo es sanada y emplazada por la cordura, volviendo a la verdad de ser hijos de Dios.
La enfermedad, en cualquiera de sus formas (mente, cuerpo, espíritu), es una distorsión de la realidad que cesa con el reconocimiento de nuestra unidad.
✨ La Percepción como Causa
El pecado y la enfermedad son considerados causa y consecuencia, respectivamente, en una relación que se mantiene oculta de nuestra conciencia.
La creencia de ser pecadores, de estar separados, nos lleva a la enfermedad en nuestra percepción, lo que puede manifestarse en repercusiones fisiológicas.
En algún punto, hemos tomado la decisión de creernos separados, y nuestra percepción es un deseo que verifica esta ilusión.
La culpabilidad clama por castigo, y su petición se nos concede en el mundo de las ilusiones y sombras que se erige sobre esta creencia. La percepción fue concebida para sustituir el conocimiento inmutable, haciéndonos creer que lo transitorio y mutable es la realidad, cuando la verdad es lo que nunca cambia.
💖 Volviendo a la Fuente Inmutable
La verdad no puede ser percibida; solo puede ser conocida, porque nuestra percepción siempre nos mostrará un mundo en constante cambio y forma. Sin embargo, si volvemos a quien percibe, regresamos a lo que nunca cambia, y desde allí, la sanación es posible.
Las formas que percibimos adoptan muchos significados, pero ninguno de ellos es inherente; el significado lo otorgamos nosotros.
Volver a ser el dador de significados nos ofrece una gran revelación, permitiéndonos trascender la forma. Las leyes de la percepción son lo opuesto a la verdad.
Dios nos ha dado una respuesta al mundo de la enfermedad, aplicable a cualquier distorsión de la percepción, y esta cura es una y la misma siempre.
Las ideas no abandonan su fuente; lo que se proyecta y parece externo a la mente es en realidad un efecto de lo que está dentro y no ha abandonado su origen. Al volver a la fuente de los efectos percibidos, podemos aplicar la curación que proviene de nuestra propia esencia.
🌌 La Voluntad Una y la Verdad
La respuesta de Dios se encuentra donde reside la creencia en el pecado, porque es solo en la mente donde sus efectos pueden ser cancelados y dejados sin causa.
Las leyes de la percepción deben ser invertidas, ya que son una inversión de las leyes de la verdad, y esta corrección debe ocurrir donde la ilusión de su inversión se encuentra.
Es imposible que una sola ilusión sea menos receptiva a la verdad que las demás; la corrección se da a todas por igual, sin grados de dificultad. Aunque podamos otorgar más valor a algunas ilusiones, ninguna tiene un ápice de verdad en ella.
Las preferencias del ego no otorgan realidad a las ilusiones; lo que es verdad, es verdad siempre, inmutable para todos por igual. La voluntad de Dios es una, y cualquier deseo que parezca ir en contra de ella no tiene fundamento alguno en la verdad.
Nos damos cuenta de que todas las ilusiones, independientemente de nuestras preferencias, carecen de validez ante los ojos de la verdad y de Dios.
Podemos retornar a la causa de la percepción, nuestra mente, y allí encontrar la curación que está disponible para ser tomada cuando así lo decidamos.
Con un abrazo grande, Hasta este instante.
Karel