¡Buenas buenas, Semillas! 🌟
Hoy vamos a meternos en un tema que puede sonar raro, pero que es más común de lo que creemos: fracasar al triunfar. Sí, así como lo oyen.
Si ya viste el video de arriba, sabés de qué te hablo. Si no, ¡dale una mirada para entender mejor!
Parece una contradicción, ¿no? ¿Cómo vas a fracasar cuando estás triunfando? 🤔
Freud, el padre del psicoanálisis, ya hablaba de este fenómeno, donde una persona alcanza el éxito, logra sus metas, pero aún así sufre. Y ojo, que esto nos puede pasar a todos, especialmente a nosotros los emprendedores.
¿Cómo reconocer que estás «fracasando al triunfar»?
Hay cuatro señales clave:
- Negás tu propio crecimiento.
- Te ausentás o abandonás el proyecto.
- Te enojás con el crecimiento.
- Ni siquiera te das cuenta de que estás creciendo.
Vamos a verlas una por una, para que no te agarren desprevenido. 😉
Ni siquiera te das cuenta de que estás creciendo
Imaginate que estás laburando a full en tu proyecto, metiéndole energía, dedicación y voluntad. Y de repente, ¡boom!, conseguís un logro importante. Pero, ¿qué hacés? ¡Lo pasás por alto!.
Ni siquiera te tomás un segundo para celebrar, para agradecer. Ya estás pensando en lo siguiente, en la próxima meta.
Ojo, no digo que tu felicidad deba depender de los resultados. ¡Para nada! La felicidad está en el proceso, en el camino. Pero reconocer esos pequeños logros es fundamental para seguir avanzando.
Es como dice el dicho: «Lo que se agradece, se multiplica». Si no vibrás en éxito, si siempre estás persiguiendo algo más, por más que lo consigas, no te vas a dar cuenta.
En cambio, si celebrás cada nuevo cliente satisfecho, cada nuevo seguidor que se suma a tu comunidad, cada peso que entra a tu cuenta, vas a empezar a atraer más de lo mismo.
Negás que estás creciendo
Acá reconocés que estás teniendo éxito, pero lo minimizás, lo negás. Es como decir: «Sí, conseguí un cliente, pero yo quería tres».
Ojo, está bien ponerse metas ambiciosas, pero no te olvides de valorar lo que ya has logrado. Es como esas personas que pasan de ganar 100 a 1000 dólares al mes y dicen: «No, pero yo quiero 3000».
¿Cómo que no es un logro? ¡Multiplicaste por diez tus ingresos!
También pasa cuando empezás a crear contenido para tus redes y no conseguís las vistas que querés. Pero no te das cuenta de que el simple hecho de subir contenido de forma constante ya es un logro enorme. ¡Generaste un hábito productivo!
Negar tu crecimiento te impide reconocer tus avances y seguir replicando esos patrones de éxito.
Te ausentás o abandonás el proyecto
Esta es heavy. 🤯
De repente, tu proyecto empieza a crecer, tenés más clientes, más trabajo, y en lugar de buscar soluciones para hacerlo sostenible (automatizar tareas, contratar colaboradores, etc.), ¡te borrás!.
Te vas de vacaciones, te dedicás a otra cosa, o directamente cerrás el proyecto.
Parece una locura, pero pasa.
Muchas veces, este «fracasar al triunfar» se puede superar si tomas consciencia de la situación y buscás ayuda. Tal vez no estás acostumbrado a crecer, y te resistís tanto que preferís abandonar.
Ojo, también puede pasar que simplemente ya no te vibre más ese proyecto, y quieras dedicarte a otra cosa. Pero hacete una buena introspección para asegurarte de que no estás usando esa «nueva pasión» como excusa para huir del crecimiento.
Te enojás con el crecimiento
Esta es otra que me ha pasado. 😅
De repente, hay más demanda, más clientes, más empleados, más actividades, y te empezás a enojar.
Salís de tu zona de confort, rompés tus límites, y lo que hay atrás te da miedo. Es un mundo por descubrir, y eso te incomoda.
Te enojás con tus colaboradores, con tus clientes, tenés discusiones.
Es como esos niños que se agarran de todos lados y hacen berrinche cuando les dicen que al día siguiente tienen que ir al jardín. No quieren crecer, no quieren salir de lo conocido.
Pero ojo, ¡no te lo tomes a mal!
Observá tu reacción, aceptala, y buscá formas de trascenderla. No te machaques, pero tampoco te excuses.
¿Te ha pasado alguna de estas? 🤔
Si te identificaste con alguna de estas situaciones, ¡no te preocupes! No estás solo.
Lo importante es reconocerlo, aceptarlo y buscar formas de transformarlo.
Y si te animás, ¡contame en los comentarios! 👇
Quizás tu experiencia pueda ayudar a otros que están pasando por lo mismo.
Recordá que el crecimiento es un proceso constante, y que el éxito no es un destino, sino un camino.
Así que no te sabotees, celebrá tus logros, aprendé de tus errores, y seguí expandiendo tu luz. ✨
¡Te mando un abrazo enorme, Semilla!