La VERDAD sobre la SANACIÓN que Hackeó mi Ego

Buenas buenas, Semillas!

Hoy quiero compartir con ustedes algo que me ha estado resonando muy fuerte, tanto que sentí una resistencia importante antes de darle play a esta grabación que tienen arriba. Es un tema que me ha tocado muy de cerca y en el que, a veces, todavía me encuentro cayendo en esa trampa del ego.

Hay una frase del Curso de Milagros que quiero compartir con ustedes, la voy a parafrasear un poquito para que la sintamos bien en el corazón: el sanador que no se ha sanado anhela la gratitud de sus hermanos, porque aún no se siente agradecido consigo mismo ni con los demás.

¡Es tremenda esta frase! Cuando la comprendí ayer, sentí la necesidad urgente de grabar esto para ustedes. ¡Wow! Realmente hay un potencial de transformación enorme en esta simple idea. Para mí lo fue, sin duda.

Me di cuenta de cuántas veces he estado buscando esa palmadita en la espalda, ese aplauso, ese like, ese comentario de «¡Bien hecho!». Desde niños, buscando la buena nota en la escuela para que nuestros padres nos feliciten. Siempre esa búsqueda de gratificación a través del amor expresado por otros, porque, seamos honestos, muchas veces no estamos reconociendo ese amor en nosotros mismos.

¿Y qué sucede cuando salimos al mundo con la intención de ayudar a otros? A veces, y ojo, no digo que siempre sea así, pero a veces, lo que estamos expresando es nuestra propia necesidad de autoayuda proyectada en los demás. En lugar de hacer esa introspección profunda, ese trabajo interno que a veces duele, preferimos buscar nuestro reflejo en aquellos a quienes consideramos que necesitan nuestra ayuda. Ese «sanador» que va persiguiendo a quienes cree que necesitan ser «salvados».

La Importancia de Mirar Hacia Adentro

Esto es muy fuerte, porque yo mismo he caído en esto muchas veces. Y cuando hablo de «sanador», no me refiero únicamente a quienes se dedican profesionalmente a la sanación, ya sean médicos, terapeutas energéticos, psicólogos, coaches, etc. No, lo abro a todo aquel que en algún momento ha pensado: «Te voy a ayudar porque lo necesitas y yo sé lo que es mejor para ti», cuando quizás, esa misma persona no ha querido ver o superar ciertas cosas en sí misma.

Fíjense que lo digo con cierta gracia porque creo que es una gran manera de abordarlo, sin quitarle la importancia que tiene. Le doy tanta relevancia a disolver esta creencia de que debo ayudar a otros para ayudarme a mí, que estoy compartiendo esto con ustedes, exponiéndome de esta manera, les guste o no, porque si no, estaría esperando esa recompensa de vuelta, ¿no? 😉

El Servicio Nace de la Sanación Interna

La acción en sí, la acción externa de ayudar, no cambia necesariamente. No estoy diciendo que dejen de asistir a las personas, de dar sus puntos de vista, sus recomendaciones, sus guías. ¡Claro que pueden seguir haciéndolo! La clave está en darse cuenta de que muchas veces estamos buscando afuera aquello que debemos observar dentro.

El mundo es un gran espejo, un reflejo de todo lo que llevamos dentro y no estamos reconociendo. Entonces, si vemos dolor y necesidad en el mundo, queremos asistir ese dolor y necesidad sin darnos cuenta de que esa misma sensación reside en nuestro interior, una necesidad de ser vistos por nosotros mismos.

Cuando logramos observar esto y podemos recompensarnos y agradecernos a nosotros mismos, cuando estamos en un estado más elevado, podremos asistir al mundo desde un lugar mucho más genuino y poderoso, que ir desde la carencia, desde la necesidad, desde el miedo, desde el no estar sanado y buscar esa sanación afuera o ofrecer una sanación desde la no sanación.

Es como querer la abundancia material sin tener una riqueza interior. No funciona. Vamos proyectando esa carencia a cada paso. La falta de sanación no es que nos falte algo, sino que quizás tenemos de más: creencias, patrones, emociones ancladas que no nos corresponden.

Empieza Hoy a Servir, Mientras Sanas

Y aquí viene algo muy importante: si bien es crucial la sanación interna, yo siempre invito a todas las personas que se dedican al servicio a que empiecen hoy mismo. No esperen a «estar sanados» dentro de cinco o diez años.

Si comienzas hoy a ofrecer tu servicio, mientras observas lo que vives internamente, estás purificando y sanando tu interior en ese servicio diario.

Vas a poder expresar tus aprendizajes y tu experiencia a los demás de una manera muy poderosa, porque lo que enseñas, lo aprendes; enseñas lo que aprendes. Es como el dar y el recibir, instantáneamente. No te hace esperar nada de afuera ni otro momento que no sea el presente.

Ojo con esto, porque el ego tiene sus artimañas para hacernos creer que la felicidad siempre está afuera, en el futuro o en el pasado, en cualquier lugar menos aquí y ahora. Hay que detectar estas trampas que nos hacen postergar la responsabilidad de observarnos y velar por nuestra propia sanación.

Si estás en un punto donde no puedes observar realmente qué cosas necesitas sanar, puedes entregarlo al Espíritu Santo (como lo menciona el Curso de Milagros, entiéndase como tu Yo Superior, Supraconsciencia, etc). Puedes entregar esa carga y confiar en que desde esa sabiduría infinita serás guiado hacia tu propia sanación. Puede llevar solo segundos hacer este ejercicio y darte cuenta de que la sanación siempre estuvo ahí, donde aún no estabas mirando: adentro.

Te invito a reflexionar si en tu vida, sin juzgarte, estás esperando esa gratificación, esa recompensa, esa gratitud externa para llenar algún vacío o dolor interno.

Y recuerda, tanto el que busca ser elogiado por su servicio como el que se retrae por miedo a ser visto, ambos están siendo desviados de lo realmente importante: la sanación interna. ✨

Espero que esta reflexión haya resonado con ustedes. Déjenme sus comentarios aquí abajo.

Y si quieren seguir profundizando, los invito a inscribirte en la próxima Masterclass gratuita sobre «El Camino a la Prosperidad»: LINK DE INSCRIPCIÓN

¡Los espero! Un abrazo enorme. ❤️

Deja un comentario