¡Buenas buenas, Semillas! 👋
Hoy quiero compartirles algo que me voló la cabeza y que transformó la forma en que veo mis negocios y mi vida. Este tema me apasiona tanto que decidí hacer un video (que pueden ver arriba 👆) y ahora quiero profundizarlo un poco más en este artículo.
Y es que, durante mucho tiempo, estuve vendiendo mis sesiones y servicios a precios irrisorios: $10, $20, ¡a veces hasta gratis! 🤯
Para mí, cobrar $1,500 o $2,000 por un cliente era una locura, algo impensado.
Pero me di cuenta de algo esencial, una ley universal que cambió mi perspectiva por completo.
Tocando Fondo: Mi Propia Experiencia
Hace unos años, cuando recién empezaba con mis mentorías sobre emprendimiento, cobraba muy poco por mis servicios. Creía que era lo razonable porque recién comenzaba, pero no me alcanzaba para vivir de manera sostenible.
Incurrí en decisiones e inversiones que no eran de mi conocimiento, pensando que obtendría un rédito. Estas inversiones me llevaron a perder miles de dólares, la mayoría de amigos a quienes había dado alguna recomendación. Me sentí responsable y esto me llevó a un litigio legal que me sumergió en el barro. 😔
Sentía que me asfixiaba, entré en ansiedad, caos interior y depresión. Fueron meses terribles, hasta que llegó a mí un abogado consciente que comprendía mis valores internos y me orientó para solucionar este litigio de manera armónica. Sus servicios costaron entre $1,200 y $1,500, algo que nunca había pagado antes.
El Desbloqueo: La Ley de Correspondencia
Pagar por ese asesoramiento hizo que mis servicios por esos valores se desbloquearan. Empecé a ofrecer servicios complementarios, desarrollo de páginas web, etc., que podían tener un precio más alto y una duración mayor. No me daba cuenta de que todo se había desbloqueado porque el conocimiento ya lo tenía, solo que no lo podía armar y vender de esa manera hasta que invertí en otra persona por un servicio de ese precio.
Empezaron a llegar clientes dispuestos a pagar por esos servicios porque veían el valor en ellos, un valor que yo antes no estaba viendo.
La ley universal de la que hablo es la ley de correspondencia: como es adentro, es afuera; como es arriba, es abajo. ✨ Si yo no reconozco mi valor y le pongo un precio justo, no lo voy a hacer con los otros, y si no lo hago con los demás, tampoco lo haré conmigo.
¿Cómo Aplicar Esto en Tu Vida?
Te invito a que reconozcas en tu nivel económico que podés hacer una inversión en alguien que ofrece algún servicio o asesoría, si es que vos también lo hacés. Si vendés formaciones, contratá una formación por el precio que te gustaría que paguen por vos.
Si querés vender un programa de acompañamiento de 3 meses por $1,000, deberías pagarle a alguien también por un servicio similar. Esto romperá tus límites mentales sobre lo que una persona está dispuesta a pagar.
Más allá de entenderlo conceptualmente, al hacerlo le estás diciendo al universo: «Sí, confirmo mi creencia, la valido. Alguien puede pagar esto por un servicio o formación porque yo lo hago.» Y no viene solo una persona, ¡pueden venir muchas!
Cuidado con la Mentalidad de Escasez
Es importante que estés a gusto con el servicio que recibís. No se trata de invertir en otra persona y estar escatimando, viendo qué más podés obtener por lo que pagaste. Porque te van a venir clientes que, paguen lo que paguen, van a querer sacar más rédito.
Vos vas a tener exactamente los mismos clientes de como vos sos. Si vos no querés pagar por servicios de otra persona, nadie va a querer pagar por los tuyos. 🤷♂️
Esa es probablemente la principal razón por la que no tenés clientes, o tenés clientes que escatiman, quieren pagar poco o son pesados e intensos. ¡Fijate cómo te estás comportando vos como cliente! ¿Sos intenso? ¿Estás escatimando? ¿No lo estás pagando? ¿Estás queriendo pagar poco?
La Coherencia es Clave
Por ejemplo, me di cuenta de que yo quiero lanzar mi libro, pero antes me acostumbraba a consumir libros en PDF que encontraba en internet de autores que habían puesto su tiempo y esfuerzo en crear esa obra. Entonces, ¿qué creés que pasaría si yo lanzo mi libro? ¿Me lo van a comprar o lo compran uno y todos se lo pasan de forma gratuita? ¡Es así!
Tu comportamiento tiene que ser coherente. No podés pedir a los demás algo que vos no das. Y cuando des, vas a recibir, no antes. No esperes a recibir para dar. No digas: «Cuando paguen por mí $1,000, yo voy a pagar $1,000 por otro.» ¡No va a pasar! Porque ahí falta esa confianza en vos mismo.
Recordá: «Esto lo vale, estoy dispuesto a pagar, y también estoy dispuesto a que otro pague por mí lo que yo valgo.» Es un reconocimiento de otro y, por ende, de vos mismo.
¡Ponelo en Práctica!
Te pido que lo lleves a la práctica. No salgas como loco a vender todo e invertir en otra persona. ¡Podrías hacerlo y después me contás! 😉 Pero comenzá con lo que tengas, con lo que tu sistema de creencias te permita, y tratá de correr esa barrera.
¿Cuánto venís pagando por servicios? $20. ¡Listo! Fijate si lo podés correr a 100, 200. Y vos también ofrecé servicios por esos montos. Obviamente que lo valga. No se trata de ponerle un precio más alto a tu servicio porque sí.
Te vas a dar cuenta de que todo se va ampliando y ahora tu nivel, tu capacidad de recepción está ampliada. Tu recipiente se ha ampliado porque has decidido ampliar el de otra persona, ¡y es magnífico! ✨
¡Dejame un comentario si esto lo has visto en tu vida, si lo has aplicado, si lo vas a aplicar y contame los resultados!