En un mundo obsesionado con resultados, metas y métricas, el emprendedor promedio suele estar condicionado por la percepción del tiempo: lo que hizo (pasado), lo que aún no logró (futuro), lo que podría no suceder.
Esta percepción mantiene la mente fragmentada, atrapada en niveles de conciencia bajos que giran en torno al miedo, la escasez y el sacrificio.
⏳ El tiempo: el gran obstáculo
Una de las principales ilusiones que sostiene el ego es la noción del tiempo. Y esta ilusión se manifiesta en pensamientos del tipo:
- “El mes pasado facturé poco, por lo tanto, este mes estaré justo.”
- “Debo programar todo el contenido con anticipación para que funcione.”
- “No tengo los resultados que quiero, algo estoy haciendo mal.”
Estas ideas no están sucediendo ahora. Son deducciones construidas sobre memorias (pasado) o proyecciones (futuro), y no forman parte del instante presente. Y como no están en el presente, no son reales.
El presente nunca es escaso. El instante no puede tener un problema. El problema siempre es una interpretación mental asociada al tiempo. Aquí radica la gran confusión del emprendedor: creer que debe hacer más para tener más, para luego ser alguien.
🌱 El giro esencial: ser primero
El Ser Emprendedor no nace del sacrificio ni del estrés, sino del reconocimiento de la verdad interior. Ya sos completo. Ya sos valioso. Ya estás siendo.
Y desde esa aceptación, desde esa paz, puede surgir una acción verdadera. No por necesidad, sino como expresión natural del amor.
David R. Hawkins, en El Poder contra la Fuerza, distingue entre:
- Fuerza: lo que requiere control, resistencia, presión. Es limitado y genera agotamiento.
- Poder: lo que fluye naturalmente desde el ser, desde la verdad, desde la aceptación. No requiere esfuerzo; ya está presente.
El emprendedor condicionado actúa desde la fuerza. El Ser Emprendedor actúa desde el poder.
🕊️ Aceptación y rendición: el suelo fértil
Este nuevo paradigma no requiere planificación rígida, ni marketing basado en escasez o persuasión.
Requiere confianza en la vida, apertura mental, aceptación de lo que es.
Y desde ahí, cada palabra compartida, cada servicio ofrecido, cada interacción, se vuelve una expresión del amor. No hay estrés. No hay apuro. Hay entrega.
Cuando ya no estás tratando de cambiar el mundo, empezás a reflejar la verdad del mundo.
Cuando ya no necesitás que las cosas sean distintas, vivís la gracia del instante.
✨ Epílogo revelado: el verdadero milagro
Muchos preguntan cómo es posible elevar tantos niveles de conciencia en una sola vida.
La respuesta no está en el esfuerzo, sino en el recuerdo.
Tal vez no estés ascendiendo: tal vez estés recordando lo que ya sos.
Y si sos presencia, luz y amor, ¿qué más habría que añadir?
La función del Ser Emprendedor es entonces clara: recordar, y con su presencia, invitar a otros a recordar.
No se trata de salvar el mundo. Se trata de ver al mundo como ya salvado.
🌌 La atención no crea: revela
Lo que llamamos “poner la atención para que algo crezca”, muchas veces es interpretado desde la escasez: si enfoco en el dinero, crecerá.
Pero lo que en realidad ocurre es que, con nuestra atención, elegimos un punto dentro del holograma de la conciencia. En esa totalidad, ya todo es.
El dinero, al igual que cualquier forma, no es creado por nuestra mente separada, sino que se manifiesta según el filtro de percepción desde el cual lo miramos. Si hay escasez dentro, la atención multiplica la escasez.
Si hay aceptación y amor, ni siquiera será necesario mirar el dinero, y sin embargo, fluirá como añadidura.
Emprender desde el Ser es reconocer esto: los efectos no se controlan; se reciben cuando se honra la causa: el presente, el amor, el propósito.
Así, la atención no es un medio para lograr, sino un canal para revelar lo que ya es.
🌀 El nacimiento y la voluntad divina
Desde los niveles más bajos de conciencia, el ego interpreta el nacimiento como un evento no solicitado, una especie de imposición del destino. Pero a medida que se eleva la conciencia, se revela una verdad más profunda: ningún alma encarna por accidente.
La conciencia misma —de la cual somos expresión— ha elegido este recorrido con propósito y amor.
Lo que desde la mente parece un evento azaroso, desde el espíritu es un acto de profunda entrega. Nacemos no para ser víctimas de un mundo, sino como canales de redención, recordando lo eterno en medio de lo transitorio.
Y así, el ser emprendedor comienza a ver su recorrido como parte de un plan mayor, en donde ya todo está completo y sólo resta reconocerlo.
Gracias!
Karel