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Un sueño de liberación: El auto


En su libro Letting Go (Dejar Ir), David R. Hawkins explica que gran parte del sufrimiento humano proviene de la apego a identidades, roles y pertenencias. Soltar no significa perder, sino descubrir que la liberación permanece intacta más allá de lo que la mente teme.

Este sueño, en el que parecía perderse un auto con todas las pertenencias, se convierte en un espejo de esa enseñanza. Revela cómo lo que creemos indispensable puede desaparecer o transformarse, y aun así, lo que somos no se pierde nunca.

¿Qué pasa si lo que creo necesitar no está? ¿Sigo existiendo igual?


🚗 El auto como símbolo del cuerpo

El auto representaba el cuerpo y las pertenencias: ropa, computadora, documentos. Todo aquello que solemos tomar como parte de nuestra identidad práctica.

Cuando parecía que se había perdido, surgía la angustia: “me han robado lo que soy”. Pero al encontrarlo, incluso dañado, la enseñanza fue clara: lo que somos no depende de lo que poseemos.

“El cuerpo puede cambiar, pero la conciencia que soy permanece.”


🏠 Los vínculos y la elección de la soledad

Las casas y amigos en el complejo simbolizaban los vínculos y los roles sociales. En el sueño había distancia, una preferencia por la soledad. Eso mostró el movimiento interno de dejar de apoyarse en lo externo para definir quién soy.

Volver al centro es recordar que la compañía esencial está en la unión con la fuente.

¿Qué vínculo creo necesitar para sentirme completo?


💥 Los choques en cadena: la ilusión del mundo

Los autos que se golpeaban unos a otros reflejan la dinámica de un mundo que parece caótico, donde todo arrastra a todo en un choque constante. La tentación era sumarse a esa cadena de colisiones, reclamar, denunciar.

Pero el sueño mostró otra posibilidad: no entrar en ese juego y reconocer que nada esencial está en riesgo.

“El que desea tener más o tener menos, no sabe que lo tiene todo.” (Un curso de milagros)


🗝️ Liberación: La enseñanza del desapego

Encontrar el auto, aunque dañado, con todas las cosas dentro, fue la revelación: nada esencial puede perderse.

El desapego no significa desinterés, sino saber que nuestra identidad no se mide por lo que tenemos ni por lo que falta.

“Lo que soy seguía existiendo, aunque no tuviese esas cosas.”


🌌 Una invitación a contemplar

Este sueño no es solo personal: es un recordatorio universal. Podemos perder autos, casas, documentos o incluso relaciones, pero nunca perdemos la fuente de nuestra conciencia.

¿Qué pasaría si dejo de sostenerme en lo que poseo y me reconozco como lo que ya soy?

Ahí radica la verdadera abundancia: en saber que somos plenos y enteros incluso cuando todo lo demás se mueve, cambia o se rompe.

Hasta este instante.

Karel

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