Hoy reflexionamos sobre el poder de la gratitud en su esencia más magnífica. No nos referimos solo al acto de dar las gracias, que es una herramienta poderosa, sino a la gratitud como esa conexión divina que nos permite reconocer a Dios, al Universo, a la Fuente, en cada aspecto de nuestra vida.
Sí, en todo. En cada persona que se cruza en nuestro camino, en cada situación que vivimos, en todo lo que sucede, más allá de si en ese momento nos «gusta» o no. De eso se trata el estado de gracia.
¿Qué es realmente el estado de gracia?
El estado de gracia, un concepto explorado profundamente por David Hawkins, es esa sensación constante de gratitud plena. Es una aceptación profunda de lo que está sucediendo, sin resistencia. Es dejar de querer que las cosas sean diferentes y confiar plenamente en que la Fuente está orquestando todo para nuestra mayor evolución.
Es saber, no intelectualmente sino celularmente, que cada experiencia, cada persona, llega a nuestra vida por una razón: para que vivamos lo que necesitamos vivir en base a nuestra conciencia actual y a lo que hemos elegido en un nivel superior (Alma).
Entrar en estado de gracia es permanecer en esa confianza de que estamos bien encaminados, dirigidos hacia donde tenemos que ir, más allá de las limitaciones de nuestra mente (ego). No porque nuestro ego haya trazado ese camino, sino porque nos hemos entregado a la sabiduría infinita del Universo, que sabe cuál es el futuro (o el presente desplegado) que nos traerá mayor prosperidad (entendida como Paz y Plenitud), aunque nuestros ojos físicos no lo vean con claridad en este momento.
El estado de gracia no es una emoción pasajera; es un nivel de conciencia (calibrado por Hawkins en 850), caracterizado por la gratitud incondicional y la percepción de la perfección intrínseca de la Creación.
Agradecer en cada circunstancia: La Aceptación Radical
Desde esta perspectiva, dar las gracias se convierte en mucho más que un acto social. Se convierte en una plena convicción de que lo que necesitamos ya es nuestro y lo recibimos en cada instante. Agradecemos con la certeza de que estamos exactamente donde debemos estar y que todo está sucediendo como tiene que suceder.
Y si hay otras personas involucradas, especialmente aquellas que nos desafían, les damos las gracias por aparecer en nuestra vida, por ser parte de esta experiencia, por permitirnos (incluso si no nos «gusta» lo que vivimos) aprender y extraer valor de ello. El perdón y la gratitud son dos caras de la misma moneda: ambas surgen de la comprensión de la Unidad.
¿Puedo agradecer incluso esta situación que mi mente juzga como «mala»? ¿Qué regalo podría ocultar?
Si en este momento se siente dolor, miedo, ansiedad o frustración, la invitación es a atreverse a encontrar la gracia y agradecer incluso esos momentos. Esto es aceptación radical. No significa que nos guste el dolor, sino que aceptamos su presencia sin resistencia, confiando en que tiene un propósito sanador.
Al hacerlo, al practicar la aceptación radical, podemos conectar con ese Ser verdadero que reside más allá de la emoción y resurgir con más fuerza, con más Paz.
✨ El Poder de la Gratitud en la Dificultad
La verdadera prueba del poder de la gratitud no está en agradecer lo «bueno», sino en agradecer lo «difícil».
David Hawkins enseñaba que las adversidades son oportunidades disfrazadas. Son precisamente las situaciones que más nos desafían las que contienen el mayor potencial de crecimiento espiritual.
Cuando agradecemos una crisis, una pérdida o un conflicto:
- Desactivamos la resistencia del ego: Dejamos de luchar contra lo que Es.
- Abrimos el corazón: Pasamos del juicio a la comprensión.
- Cambiamos nuestra vibración: Pasamos del miedo (contracción) al Amor (expansión).
Agradecer lo difícil es alquimia pura. Transforma el plomo del sufrimiento en el oro de la Conciencia. Es la vía directa al estado de gracia.
La gratitud como un flujo constante
Recordemos: la gratitud profunda no depende de lo externo. Se puede manifestar a través de un regalo, un gesto amable, una palabra de aliento (formas externas). Pero su origen es interno.
Podemos agradecer a quien nos critica o nos desafía. ¡Esa persona está despertando algo en nosotros! Nos está mostrando una faceta, una creencia oculta, una herida no sanada que quizás no queríamos ver. Es un maestro disfrazado.
Podemos agradecer el sol y la lluvia, el verano y el invierno, la abundancia material y la aparente escasez. Las crisis pueden ser portales hacia un profundo autodescubrimiento y renacimiento. Atravesar la «noche oscura del alma» siendo agradecidos por el proceso mismo, por esa inquietud del ego que nos impulsa a transformarnos, es una práctica avanzada de aceptación radical.
Porque el Ser esencial siempre es pleno. La gratitud es ese estado natural que siempre nos devuelve aquello que emanamos desde nuestro interior. Por eso, mientras más agradeces (incluso aquello que no te gusta), más te abres al flujo de la abundancia del Universo.
Es un ciclo continuo, una fuente inagotable que siempre da más cuando agradecemos. La gratitud es magnética.
💖 El Estado de Gracia según David Hawkins
David Hawkins, un ser que vivió profundamente en estado de gracia, nos recordó la inmensidad de todo lo que tenemos para agradecer.
Su obra nos muestra cómo el poder de la gratitud debilita la necesidad de control del ego. Cuando estamos verdaderamente agradecidos por el presente, el ego (que vive en el pasado o futuro) pierde su poder. La gratitud nos ancla en el Ahora, permitiendo que la luz del estado de gracia ilumine cada día.
“La gratitud instantáneamente eleva la conciencia por encima del nivel del ego.” – David Hawkins (parafraseado)
La Práctica Consciente de la Gratitud
Más allá de simplemente «pensar» en gratitud, la práctica puede profundizarse:
- Sentir la Gratitud en el Cuerpo: No solo decir «gracias», sino sentir la vibración de la gratitud en el corazón, en el cuerpo. Permitir que esa sensación se expanda.
- Agradecer lo Básico: Agradecer por la respiración, por el agua, por el techo, por el simple hecho de estar vivos. Volver a lo esencial disuelve las quejas superficiales.
- Agradecer los Desafíos: Como mencionamos, practicar activamente la aceptación radical de las dificultades, buscando el aprendizaje oculto.
- Expresar la Gratitud: No solo sentirla, sino expresarla verbalmente o por escrito a las personas involucradas, o incluso al Universo/Dios en oración.
El poder de la gratitud se multiplica cuando se practica conscientemente.
¿Por qué tres cosas específicas puedo sentir gratitud genuina ahora mismo?
Integración
La gratitud, entendida como aceptación radical y confianza plena, es el camino directo al estado de gracia.
Es reconocer que somos parte de una Inteligencia Mayor que orquesta todo perfectamente para nuestro despertar.
El poder de la gratitud reside en su capacidad para disolver la resistencia del ego y alinearnos con el flujo del Amor universal.
“La gratitud es la memoria del corazón.” – (Proverbio francés)
Agradecer profundamente es ser parte de la maravillosa experiencia de vivir la abundancia espiritual, que inevitablemente se manifiesta también en lo material.
Un abrazo enorme. Bendiciones para tu camino.
Karel
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