El PERFECCIONISMO te Hace Perder Oportunidades

¡Buenas, buenas, Semillas! 🌱

Si alguna vez te encontraste esperando el «momento perfecto» o sintiendo que lo que hacés no es lo suficientemente bueno para compartirlo, ¡este artículo es para vos! Créeme, no estás solo/a. Yo mismo he pasado incontables veces por ese estrés y esa ansiedad.

Y ni hablar si a esa presión le sumamos los estereotipos del mundo… Ahí sí que entramos en un estancamiento del que es difícil salir, porque estamos tratando de encajar en modelos mentales preestablecidos.

¿Te suena familiar? 🤯

A mí me ha pasado mucho, sobre todo con los videos que comparto «arriba». Al principio, le daba mil vueltas a todo: el tema, el título, el guion, la descripción, los momentos clave, la portada, la edición, la música… ¡Una locura!

Ojo, entiendo que haya gente a la que le encante todo eso, ¡y está perfecto! Pero si me estás leyendo, probablemente no sea lo tuyo. Y aunque lo sea, no hay necesidad de forzar las cosas hasta que cumplan ciertos estándares para poder compartirlas.

Porque muchas veces nos quedamos ahí, anclados, sin avanzar. Nos estresamos, nos frustramos, y lo único que necesitábamos era soltar.

Es fácil decirlo, lo sé. Pero te entiendo si estás pasando por eso, porque me ha pasado de saber teóricamente que debo soltar, pero no poder evitar darle vueltas a cada detalle.

Claro, eso lleva a una autoexigencia y a una crítica interna constante que es agotadora. Imaginate tener a tu «diablito» interno (ese «yo» crítico) y a tu ser luchando constantemente, uno exigiéndole al otro que sea de determinada manera. Si no tomamos las riendas, esa luz se va apagando. 🕯️

¿Perfección = Aprobación? 🙅‍♂️

Y ahí es cuando te das cuenta de que hay algo que no te está gustando, pero tampoco te gusta que no sea «perfecto». Entonces, intentás conseguir esa perfección con todas esas emociones negativas a flor de piel… ¡Imposible!

Por eso, el ejercicio de soltar, aunque cueste, es un gran paso (difícil, pero necesario). Yo he jugado a esto incontables veces.

Si miro hacia atrás, me doy cuenta de que siempre tuve esa exigencia, quizás desde el entorno familiar. En mis primeras etapas escolares, una calificación marcaba esa «perfección». Si tenía buenas notas, me retribuían (emocionalmente o con recompensas materiales). Si no, tal vez me castigaban.

Entonces, se va generando esa voz interna que te dice que tenés que buscar la perfección porque es la única manera de gustarle al mundo, de conseguir aprobación, amor (en la forma que lo percibas), recompensas (¡que te compren likes en un video!)… Y así, la mente se va condicionando a lo que «debería ser».

Cuando encontrás situaciones que no cumplen esos estándares, las tachás de «imperfectas», aunque sean parte del momento. La mente te dice que eso que estás haciendo no debería ser así, que tiene que ser de otra manera (la que considera «perfecta»)… Pero, ¿qué es la perfección? Para cada uno es algo diferente.

La trampa de la «idea» 🤔

Imaginemos que la perfección es una ilusión. Claramente, lo que estamos haciendo es buscar lo más cercano a esa «idea» de perfección, hasta conseguirlo… ¡Cosa que es imposible! Y si creo que lo consigo, estoy reforzando que siempre las cosas tienen que ser así.

Ojo con tener éxito haciendo que las cosas sean así, ¡porque eso es peor! Cada vez te va a costar más soltarlo.

Si te abrís a la aventura de vivir el presente y grabar un video, ¡dale! Querés editarlo, ¡editalo! ¿Querés ponerle una portada? ¡Ponésela! Pero fijate que, mientras lo hacés, no estés buscando esa perfección. 🙏

Muchas veces, un video de 15 minutos puede llevarte 2, 3, 4 horas para publicarse. ¡Y me ha pasado! Cuando veo esas cosas, me pregunto: ¿cuál es la necesidad de esto?

Muchas veces, cuando hacés las cosas más naturalmente, sin guionizar tanto, sin ordenar tanto, ¡sale mejor! No solo eso, sino que se recibe mejor. Y ojo, no busques la recompensa, pero incluso si lo hicieras por eso, muchas veces tiene mejor rédito hacerlo de manera libre. El ser siente disfrute cuando lo hace de manera libre, y se siente bloqueado cuando no es así.

¿Cómo darte cuenta? 🤦‍♀️

Si no podés verlo en el momento, lo vas a sentir de manera muy intensa. Podés pensar en días previos, cuándo y en qué momento del día te sentiste bloqueado por esa necesidad de perfección. Andá a ver por qué surgió en ese momento.

Y si no lo podés ver, bueno, cuando vuelva a surgir, percibilo y observalo sin juzgar. Porque si lo juzgamos, volvemos a lo mismo. Necesito entender por qué está surgiendo esta emoción, y si surge, ¿está mal que surja? ¿Porque eso no es la perfección? ¿La perfección es no sentir emociones negativas? ¡Claro, volvemos a lo mismo!

Yo antes lo aplicaba para los contenidos, pero esto se extrapola a cualquier ámbito de la vida. El no sentir o el querer apaciguar esas emociones por creer que eso no es como «debería ser» en tu ideal, va a hacer que las reprimas hasta la explosión. Y obviamente te vas a sentir peor después.

A todos nos pasó de reprimir emociones por no querer sentirlas, por creer que lo mejor es no sentirlas.

Entonces, fijémonos que, si vamos profundizando, nos vamos dando cuenta de que en esa emoción hay una oportunidad de ver el momento en el que eso surge y dónde me estoy resistiendo al momento porque quiero que sea de manera diferente. Ahí tengo la oportunidad de verme, de ver esto y de soltarlo, de dejarlo ir, de llevarlo a la excelencia (que viene a ser el mejor estado para el momento actual), ¡pero no a la perfección! 😉

Es como una distinción entre hacer las cosas de manera excelente, pero rápido, y soltarlas, en lugar de buscar y profundizar en la perfección, que nunca vas a encontrar. Es una línea delgada que probablemente te des cuenta cuando empieces a observarlo.

El minimalismo como aliado 🙏

Encontré este minimalismo de «estos son los pasos mínimos con los que estoy a gusto, con que más o menos lo hago bien (¡que ya es muy bien para un perfeccionista!) y lo suelto». ¡Y ya vas a ver qué libertad!

Cada vez lo vas a hacer de manera más fluida y lo vas a soltar antes, sintiéndote más libre. ¡Qué bendición!

Esto aplica en todas las áreas: con un contenido, con la necesidad de que una relación sea como yo quiero que sea, querer hacer «perfecta» a la otra persona (¡ni hablar, intentalo a ver si te funciona! 😂), intentar que un negocio sea según mis estándares de perfección y no según lo que el universo me está mostrando (que es el desarrollo natural del negocio).

Obviamente, puedo querer lo mejor para algo y puedo acompañar la evolución de algo, porque somos seres en plena evolución y nos gusta y disfrutamos del proceso de evolución. ¡Ahí está la clave! El proceso.

Si no estás disfrutando el proceso porque estás exigiendo, porque estás buscando un estado de perfección, soltalo cuando veas que no lo estás disfrutando. Ahí hay una oportunidad para hacer este minimalismo. Reducir el proceso, reducir el cómo, adaptalo a tu forma, adaptalo a tu naturalidad, adaptalo a tu disfrute. Que sea TU «cómo».

Si es un «cómo» de un paso, grabo y publico, ¡perfecto! Listo. 👌

Espero que esto te haya dado algo de luz. Contame en los comentarios si a vos te pasa esto de que entrás en estos momentos de perfeccionismo. Y si lo podés detectar, ¡buenísimo!, porque poco a poco lo vamos liberando.

Tampoco te exijas que esto sea de un día para el otro, ¡porque vas a estar de nuevo en el perfeccionismo! 😜

Te mando un abrazo enorme. ¡Nos vemos la próxima!

Deja un comentario