En nuestra transición desde el ego hacia el Amor de Dios, es cierto que podemos llegar a perdernos. En el camino de despertar, a menudo carecemos de referencias claras. Para esto, Un Curso de Milagros nos asegura que no caminamos solos y nos presenta a el amigo que Dios nos dio: una Guía interna, infalible y permanente.
Este artículo es una exploración profunda de quién es este Amigo y cómo Él es la respuesta a la trampa de poner el valor en lo externo.
Para aceptar a este Amigo, primero debemos reconocer a los «falsos amigos» a los que hemos entregado nuestra lealtad. El Curso comienza con una advertencia contundente que sacude nuestros cimientos:
«Cualquier cosa en este mundo que creas que es buena o valiosa o por la que vale la pena luchar te puede hacer daño y lo hará.»
Fijémonos en esto. Si has puesto tu valía en el mundo, en personas, situaciones, objetos o logros, eso te hará daño. Tarde o temprano.
¿Por qué? Porque has justificado tu valor en la tenencia de eso externo. O en el hacer, en el aprendizaje, creyendo que eso te hará más valioso de lo que ya eres.
Si ponemos nuestra atención y nuestro amor ahí, eso se convierte en un obstáculo autoimpuesto para la felicidad. Y es el obstáculo que nos impide escuchar a nuestro verdadero Amigo.
El Engaño: Otorgar Realidad a la Ilusión
El Curso nos explica por qué estos ídolos (dinero, relaciones, estatus) nos hacen daño.
«No porque tenga el poder de hacerlo, sino únicamente porque al negar que no es más que una ilusión, le otorgas realidad.»
El dinero, en sí mismo, no tiene poder para hacernos felices ni infelices. Es neutro. Pero si yo justifico que «tener más dinero» es la causa de mi felicidad, le he dado al dinero un poder que no tiene.
Se lo he otorgado yo. Y al hacerlo, he negado mi propio poder como la Causa. He olvidado que yo soy la causa que externaliza eso, y que el efecto (el dinero) no puede darme nada.
✨ El Mundo como Ilusión
Para UCDM, todo el mundo de la forma es ilusión. Por lo tanto, sin importar a qué objeto externo yo le ponga mi valor, le estaré dando «todo» mi valor a «nada».
Y así, esa ilusión se vuelve «real» para mí.
Al haberse percibido como real, se le abrieron las puertas a lo que el Curso llama «el mundo de las ilusiones enfermizas».
Toda creencia en el pecado, en el poder del ataque, en herir y ser herido, en el sacrificio y el esfuerzo para conseguir algo… todo ha llegado a nosotros de esa manera. La sensación de que «algo me puede hacer daño» nace de haberle dado realidad a la ilusión.
🧭 El Esfuerzo como Señal de Ídolos
Hablamos de dinero, pero también de relaciones. Forzar a que las cosas sean de determinada forma en lo externo es una clara señal de que estoy poniendo mi valor allí.
Si yo retorno el valor a mí mismo —quitándole el valor (el poder) a la ilusión— puedo encontrar la Guía interna. Esa Guía sí me dará la satisfacción de haberme encontrado a Mí Mismo, sin importar las formas que el mundo adopte.
Las formas se vuelven algo a experimentar de manera transitoria, pero ya no me aportan ni me quitan nada.
La Negociación Imposible del Ego
Aquí es donde el ego intenta ser astuto. Empezamos a darnos cuenta de que el mundo es ilusorio y que poner el valor en lo externo es un error.
Entonces, intentamos negociar.
«Nadie puede otorgar la realidad solo a una sola ilusión y escaparse del resto.»
Esto es muy interesante. A medida que nos damos cuenta del valor que hemos puesto en las cosas, notamos que «no hay ponderación» allí. No hay una ilusión más valiosa que otra. ¿Cómo podría surgir «algo» de la «nada» que tenga más valor que la «nada»?
Todas las ilusiones tienen el mismo valor: ninguno.
Pero el ego no acepta esto. El ego negocia.
✨ «Suelto esto, pero me quedo con aquello»
Esta es la negociación que solemos hacer con Dios (con nuestro Ser).
«Sí, sí, entiendo que el dinero es una ilusión, lo entrego. Pero mi relación de pareja no. Esa sí la necesito. Esa sí me da felicidad.» «Entiendo que el estatus no importa, pero mi conocimiento espiritual sí. Mis libros de Un Curso de Milagros son importantes.»
Como menciono en la charla, incluso este libro (UCDM) puede volverse un ídolo si le doy una realidad que no tiene en sí mismo. El libro me invita siempre hacia adentro, nunca a que el libro sea la guía.
«¿Quién podría elegir quedarse solo con aquellas ilusiones que prefiere y al mismo tiempo encontrar la seguridad que solo la Verdad puede conferir?»
No podemos hacer concesiones con la Verdad. No podemos estar «un poquito embarazados». O elegimos la Verdad (Amor) o elegimos la ilusión (miedo).
🧭 La Ilusión Favorita como Puerta a la Libertad
La invitación de UCDM es que, sin importar la ilusión (aunque sea una sola), debes entregarla.
De hecho, es probable que esa ilusión a la que más te aferras —la que más defiendes, la que crees que sí te da felicidad— sea tu oportunidad más grande de liberación.
¿Por qué? Porque es allí donde estás invirtiendo la mayor cantidad de tu energía mental, de tu fe.
«¿Quién podría creer que todas las las ilusiones son iguales y al mismo tiempo sostener que una de ellas es mejor que las demás?»
No podemos. O todo es ilusión, o nada lo es. Y si el mundo es una ilusión, entonces todas sus formas son igualmente ilusorias.
¿Qué es la Soledad? (La Ilusión de la Búsqueda)
El Curso nos da una pista sobre por qué nos aferramos tanto a estos ídolos.
«No vivas tu mísera vida en soledad con una ilusión como tu único amigo.»
Cuando le damos poder a una ilusión externa, la tomamos como nuestra «amistad», nuestra «compañía» en la soledad.
Y claro que es soledad, porque en lugar de ir al encuentro de Quien siempre ha estado y estará acompañándote (tu Ser), vamos a buscar compañía en un objeto, una persona o un logro. Vivimos en esa soledad ilusoria.
✨ ¿Qué es la soledad?
Desde esta perspectiva, la soledad no es la ausencia de personas. La soledad es la creencia de que estamos separados de Dios.
Es el «vacío» que sentimos cuando hemos elegido una ilusión (un ídolo) en lugar de nuestro verdadero Amigo. Es el eco de haberle dado la espalda a nuestra Fuente.
«Esa no es una amistad digna del Hijo de Dios, ni una que pueda satisfacerle.»
Por más dinero que acumulemos, por más perfecta que sea la relación, por más libros que leamos, ninguna ilusión puede llenar el vacío que deja la aparente ausencia de Dios.
El ego nos dice: «Estás solo, busca compañía afuera». El Espíritu nos dice: «Nunca has estado solo, busca la Compañía adentro».
Esta «mísera vida en soledad» es la experiencia del ego. Es una vida de búsqueda constante y de nunca encontrar. Elegimos un ídolo (una relación especial, un trabajo, un logro) y le decimos: «Tú serás mi amigo. Tú me salvarás de esta soledad».
Pero como ese ídolo es una ilusión, está destinado a fallarnos. Y cuando falla, nuestro miedo y nuestra sensación de soledad se intensifican, y salimos a buscar un ídolo nuevo y «mejor». Este es el ciclo del sufrimiento.
La respuesta a qué es la soledad es simple: es el resultado de buscar Amor donde no está (en las ilusiones), en lugar de reconocerlo donde sí está (en nuestro interior). La soledad es la consecuencia directa de confiar en un «amigo» que no es el amigo que Dios nos dio.
El Amigo que Dios nos Dio: La Guía del Espíritu Santo
Aquí es donde el Curso nos ofrece la alternativa. Si no podemos confiar en las ilusiones, ¿en quién confiamos?
«Claramente, Dios le ha dado por lo tanto un amigo mejor. Uno en quien reside todo el poder de la tierra y del cielo.»
Parece mucho más provechoso poner nuestra atención en Él que en una ilusión, ¿verdad?
Esa ilusión (dinero, relación, estatus) que tú consideras tu «amigo», en realidad te oculta la gracia y la majestad de este Amigo real. Impide que le des la bienvenida a Su amistad y a Su Perdón.
✨ ¿Quién es este Amigo?
UCDM lo llama de varias formas: el Espíritu Santo, el Cristo, la Voz que habla por Dios, la Verdad en tu mente, tu Ser Superior.
Es un Amigo en quien reside todo el poder de la tierra y del cielo. Parece mucho más provechoso poner nuestra atención en Él que en una ilusión, ¿verdad?
Esa ilusión (dinero, relación, estatus) que tú consideras tu «amigo», en realidad te oculta la gracia y la majestad de este Amigo real. Impide que le des la bienvenida a Su amistad y a Su Perdón.
«Aparte de Él no tienes amigos.»
🧭 La Soledad como Ilusión
El Curso es muy claro. No está hablando de las personas a las que llamamos «amigos». Podemos tener un montón de amigos en la forma, y es hermoso.
Pero el Amigo incondicional, el que nunca falla, el que nunca te traiciona y el que siempre te dice la Verdad, es este Amigo interno. Es el Cristo interno que todos podemos encontrar por igual, en este instante, dentro nuestro.
Por eso es que la soledad es una ilusión de la búsqueda de amistad externa.
Cuando nos damos cuenta de esto, no podemos vivir en soledad, aunque estemos físicamente solos.
«No busques otro amigo para que ocupe su lugar. No hay ningún otro.»
Reafirma esto. Lo que Dios dispuso no tiene sustituto. Pues, ¿qué ilusión podría reemplazar a la Verdad?
El Trono Vacío: La Única Elección Real
Esta enseñanza nos devuelve la responsabilidad. Nos da confianza y tranquilidad. Aunque lo externo parezca dificultoso o sombrío, esa Luz interna, ese Amigo, siempre está ahí refulgente, esperando que le prestes atención.
Cuando le prestas atención a este Amigo interno, vuelves a la «casa del Padre». Vuelves a la Verdad.
El que mora con sombras (con ilusiones) está ciertamente solo. Pero la soledad no es la voluntad de Dios.
✨ ¿Permitirías que una Sombra Usurpara el Trono?
Esta es la pregunta central del texto:
«¿Permitirías que una sombra usurpara el trono que Dios dispuso fuese para tu Amigo, si te dieras cuenta de que si este trono está vacío, el tuyo estará vacío y desocupado también?»
El «trono» es tu atención, tu mente, tu devoción. Solo hay un trono. O sientas en él a una ilusión (una sombra), o sientas en él al Espíritu Santo (el Amigo).
Si eliges la sombra (el ídolo, el dinero, la relación especial), tu trono (tu mente) se siente vacío, porque has elegido la nada.
🧭 El Amigo en tu Hermano
Aquí es donde el Curso da el siguiente paso. Si te das cuenta de que el trono de tu Amigo está vacío, ¡el tuyo también lo estará!
Esto significa que el Amigo que encuentras dentro de ti es el mismo Amigo que está en tu hermano.
Por eso es tan sanador ver que cuando atiendo a esa Guía interior, a ese Amigo interno, puedo conectar con el Amigo interno de mi hermano. Aunque no lo conozca. Aunque sea la primera y única vez que lo vaya a ver.
¿Por qué? Porque lo he encontrado dentro de mí. Lo reconozco en él. Puedo conectar con lo que él es en Verdad, más allá de las apariencias de su ego.
La Práctica: Hacer Sitio para Él (Rendición Espiritual)
El texto es claro: «No hagas de una ilusión tu amigo, pues si lo haces, ocupará el lugar de Aquel que Dios te dio».
La atención que ponemos en la ilusión reemplaza la atención que podemos poner en nuestro Amigo interno.
No es que el Amigo se vaya. Él es una guía permanente. Es que nuestra atención se enfoca fuera, en el pasado, en el futuro, en las formas.
La práctica, entonces, es la Rendición espiritual.
¿Cómo es la práctica? Es volver adentro. Es devolverle el lugar que le corresponde en el trono.
✨ 1. Observa el Ídolo
Reconoce honestamente dónde has puesto tu valor. ¿Es el dinero? ¿La aprobación? ¿Esa relación? ¿El conocimiento intelectual? Simplemente obsérvalo sin juicio.
✨ 2. Cuestiona su Poder
Mira esa ilusión y pregúntate honestamente: «¿Puede esto realmente darme la Paz de Dios? ¿O es solo una sombra que promete pero nunca cumple?».
✨ 3. Retira tu Atención (Perdón)
Toma la decisión consciente de quitarle el poder que le diste. «Ya no te usaré como mi fuente de felicidad. Mi felicidad está en mí». Este es el perdón. Perdonas a la ilusión por no ser real.
✨ 4. Invita al Amigo (Rendición)
Aquí es donde la relación con el Espíritu Santo se vuelve real. Dices internamente: «Espíritu Santo, te entrego esta ilusión. Ocupa Tú este trono en mi mente. Guíame. Muéstrame cómo ver esto con Amor.»
Hacer «sitio para él» es un acto de Rendición espiritual activa. Es la decisión de cambiar de guía, de dejar de confiar en las sombras y empezar a confiar en la Luz. Es la práctica central de la No Dualidad Devocional.
Integración: Los Regalos que No Son de Este Mundo
El amigo que Dios nos dio, la guía del Espíritu Santo, es el único Amigo que en realidad tienes. Él es la Verdad.
Y el texto finaliza con la promesa de esta elección:
«Te trae regalos que no son de este mundo, y solo Aquel a quien se le confiaron puede asegurarse de que los recibas. Y los depositará ante tu trono, cuando hagas sitio para Él en el Suyo.»
¿Cuáles son esos regalos? No son los regalos del ego (más dinero, más fama, la relación perfecta). Son los regalos del Espíritu: Paz, Dicha, Confianza, Inocencia y Certeza.
Son los regalos que no se pueden perder, porque no están en la forma.
El camino de Un Curso de Milagros es darnos cuenta de que es mucho más sencillo cultivar nuestra relación con el Espíritu Santo (el Amigo interno) que pasar la vida persiguiendo, protegiendo y sufriendo por ídolos externos que, inevitablemente, nos fallarán.
Este es el amigo que Dios nos dio.
Un abrazo enorme. Bendiciones para tu camino.
Karel