Hay momentos en el camino espiritual donde no solo se trasciende el hacer, sino también las formas del ser.
Y en esa disolución, surge algo que puede resultar profundamente movilizante: la pérdida de referencia de lo que antes creíamos que éramos, hacíamos o deseábamos.
Recientemente, he atravesado —y sigo atravesando— una experiencia muy intensa que me ha llevado a observar con claridad cómo incluso las formas más sutiles de estructura, propósito o estrategia se vuelven innecesarias cuando la Presencia se revela plenamente.
Ya no se trata de encontrar una forma correcta de emprender, ni siquiera una forma correcta de ser. Porque el Ser no tiene forma. Y ese reconocimiento, si se permite, lo transforma todo.
🌊 La disolución del personaje
En este proceso comencé a notar una confusión intensa, un aturdimiento mental y físico que surgió luego de encuentros muy potentes de mentoría grupal. Sentí amor y expansión, pero también el desconcierto del ego ante su propia disolución.
Y lo más llamativo fue que todo esto sucedía mientras me encontraba más alineado que nunca al Propósito eterno. No había dudas sobre el propósito, sino sobre el camino.
¿Estaré equivocándome al ofrecer esto sin estructura? ¿Debería volver a sistemas más definidos? ¿Debo seguir cobrando por esto o abrirlo del todo?
No eran dudas del Ser, sino mecanismos de control del yo.
💸 El dinero, la estructura y el no-formato
Fue entonces cuando, luego de una presentación a la que fui invitado como instructor, noté una vibración muy fuerte, y al mismo tiempo empecé a ordenar todo lo que estaba pendiente en relación al dinero: pagar cosas, hacer transferencias, liberar reservas, donar, cerrar ciclos. Todo sucedía espontáneamente.
Entendí que no es que me resista al dinero, sino que me abría cada vez más a dejar de tensarlo, de cargarlo de expectativas, de querer controlarlo. Sentí que todos esos movimientos económicos no fueron un desorden, sino un reordenamiento que emergía desde el alma.
Ya no se trata de tener una estrategia más espiritual, sino de vivir espiritualmente. Y la estructura que antes quise ofrecer ahora se revela como innecesaria.
Mis mentorías no necesitan una forma, porque se basan en la confianza con el Espíritu, en la fe. Y esa entrega sí o sí mueve las capas más profundas.
🌀 Cuando el Ser quiere mostrarse sin interferencia
A veces siento que esta manera tan libre y profunda de compartir podría parecer “poco práctica”. Pero también sé que la verdadera utilidad no se mide por su forma, sino por su vibración.
Y aquí aparece una revelación clara: no vine a enseñar una forma de emprender, ni siquiera una forma de ser. Vine a recordar que el Ser no tiene forma, y que cada uno es expresión única de eso sin necesidad de encajar en ninguna estrategia, ni rol, ni método.
Así como hay millones de encarnaciones, hay millones de maneras en que el Ser se despliega. ¿Cómo pretender entonces limitarlo a una forma, aunque sea sutil o espiritual?
🧡 El amor como única certeza
Siento cada vez más claramente que lo único que deseo es reflejar la Luz en mis hermanos. No por ego, sino porque los amo. Y quiero que se liberen, que se reencuentren con su corazón, que descubran que no hay error, no hay desvío, no hay falta, solo la interpretación que hace el ego de aquello que no puede controlar.
Por eso, hoy me permito dejar que este camino se revele solo. Seguiré ofreciendo todo desde el Amor, sin forma establecida. Tal vez todo se abra, tal vez todo se transforme. Tal vez no haya nada que decidir, porque todo se ofrece solo.
Y como compartí en uno de los encuentros:
“El despertar es inevitable. Lo único que nos hace dudar son los filtros de sufrimiento que el ego interpone, como si hubiera una mejor manera, o como si nos hubiéramos desviado. Pero eso es imposible cuando uno se entrega.”
🌟 Este artículo no busca definir nada
Solo reflejar una vivencia que quizás también sea tuya.
Si estás sintiendo que se desarma lo viejo, que ya no hay un mapa, que lo espiritual se vuelve tan simple que ya ni se explica, bienvenido: estás cada vez más cerca del Ser sin forma.
Y si duele, si hay confusión, si el ego grita, no te preocupes. Eso es señal de que el Ser está haciendo su trabajo.
Con Amor y Presencia,
Karel