Buenas buenas, queridas Semillas ✨
Si llegaste hasta aquí, probablemente el video que está arriba 👆 resonó en tu corazón.
Hoy seguimos profundizando en el glosario de conciencia y abordamos algo fundamental para no caer en juicios y ver con claridad: el contexto.
Comprender el contexto no es solo una cuestión intelectual. Es una práctica espiritual que nos enseña a mirar desde una conciencia más amplia, a salir de la visión limitada del ego y recordar que nada puede entenderse por completo si se lo separa de su totalidad.
🤔 ¿Qué es realmente el contexto?
El contexto es el campo total desde el cual algo tiene sentido.
Imagina que tu experiencia actual sucede dentro de una habitación: eso es tu contexto inmediato.
Pero esa habitación está dentro de una casa, la casa dentro de un barrio, el barrio dentro de una ciudad, la ciudad dentro de un país… y así, hasta el universo mismo.
Cada nivel amplía la perspectiva y modifica el significado de lo que observas.
Por eso, el contexto no es solo un lugar físico: incluye hechos, circunstancias, emociones, pensamientos, energías y percepciones que rodean lo que estás observando.
Sin contexto, los datos o las frases sueltas pierden sentido.
El significado surge solo cuando algo se comprende dentro del marco más amplio que lo contiene.
En otras palabras: el contexto es el espacio de referencia donde algo cobra vida y coherencia.
🚫 El peligro de sacar algo de contexto
“Sacar de contexto” es distorsionar la verdad al aislar un fragmento del todo.
Cuando algo se arranca de su marco de referencia, se convierte en una interpretación parcial, incompleta… y por lo tanto, falsa.
Un ejemplo claro: en un juicio, un abogado puede intentar manipular el testimonio de un testigo pidiéndole que responda solo “sí” o “no”, suprimiendo información esencial.
El resultado puede cambiar totalmente la percepción de inocencia o culpa.
Lo mismo ocurre en nuestras conversaciones cotidianas:
una frase, una actitud o una decisión puede ser completamente malinterpretada si se observa fuera de su contexto emocional, histórico o energético.
El ego, por naturaleza, saca todo de contexto.
Toma fragmentos de información —una palabra, un gesto, una acción— y los juzga sin ver el todo.
Así se alimentan los malentendidos, las culpas y los conflictos.
Ver el contexto completo requiere detenerse, respirar y mirar con una mente abierta.
🌱 El contexto en la vida consciente
Llevemos esta comprensión al terreno personal.
¿Cuántas veces juzgamos a alguien pensando que “está equivocado”, “debería hacerlo de otra forma” o “no entiende”?
Cada vez que lo hacemos, estamos mirando desde nuestro contexto limitado.
Ese contexto personal está formado por nuestras creencias, memorias, emociones y expectativas.
Desde ahí, interpretamos todo lo que vemos.
Pero el otro también tiene su propio contexto: su historia, sus heridas, su nivel de conciencia, su momento evolutivo.
Si ambos contextos son distintos, ¿cómo podríamos juzgar con precisión?
Al ampliar nuestra mirada y reconocer que no conocemos todo el contexto desde donde algo surge, dejamos de condenar y empezamos a comprender.
Esa comprensión no es mental, es una apertura del corazón.
La conciencia reconoce que toda acción surge de un entramado infinito de causas y condiciones, visibles e invisibles.
Desde esa perspectiva, no hay culpa, solo comprensión.
🌌 El contexto invisible: más allá del tiempo y la forma
A menudo pensamos el contexto solo en términos lineales: “esto pasó antes, por eso ahora ocurre esto”.
Pero hay otro nivel: el contexto no lineal, el que emerge desde el instante presente, donde la vida se está manifestando ahora mismo.
Este contexto invisible es más vasto que la historia.
Incluye la energía, la intención, el estado de conciencia desde el cual algo se expresa.
Por ejemplo, dos personas pueden decir las mismas palabras, pero su energía puede ser completamente distinta.
Lo que cambia es el contexto interior desde el cual se pronuncian.
Por eso, comprender el contexto no es analizar, sino sentir desde la presencia.
El corazón es quien reconoce la totalidad del instante, más allá de lo que la mente puede entender.
💡 Vivir desde la conciencia del contexto
Vivir desde esta conciencia significa renunciar a la necesidad de tener razón.
Significa detener el impulso de juzgar y abrirse a la posibilidad de que no estamos viendo todo.
Cada vez que sientas enojo, incomodidad o juicio, puedes hacer una pausa y preguntarte:
“¿Estoy viendo el contexto completo o solo una parte?”
Esta simple pregunta abre un espacio interior donde la comprensión reemplaza al juicio.
Cuando comprendemos, la mente se aquieta.
Y en ese silencio, el Amor puede hacerse presente.
Esa es la verdadera transformación: pasar de la percepción fragmentada del ego a la mirada total del Ser.
🌺 Práctica de contemplación
Cada vez que surja una reacción frente a algo o alguien, practica esto:
- Respira y siente tu cuerpo.
- Reconoce el pensamiento o la emoción sin juzgarla.
- Pregúntate internamente: “¿Cuál es el contexto más amplio desde donde esto está ocurriendo?”
- Permanece en silencio unos segundos.
- Observa cómo se expande tu comprensión.
No necesitas tener la respuesta. Solo al abrirte al contexto mayor, el juicio comienza a disolverse.
Y en su lugar, emerge una paz silenciosa que no depende de entenderlo todo.
✨ Ver con compasión
Comprender el contexto es ver con los ojos del Amor.
Es reconocer que cada persona está actuando desde su nivel de conciencia actual, desde su propio escenario interno.
Esa comprensión no justifica, pero libera.
Libera del peso de tener que juzgar, corregir o cambiar a los demás.
Y nos devuelve a lo único real: el instante presente.
Desde ahí, toda relación, toda conversación y toda experiencia se transforma en una oportunidad para recordar la unidad que somos.
¡Seguimos sembrando conciencia juntos!
Karel
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