¡Buenas, buenas, Semillas!
Vivimos tiempos de una transformación tan constante que la palabra «planificación» empieza a sentirse como una ilusión. ¿Cuántas veces hemos diseñado un plan de acción meticuloso, una semana perfecta, solo para que la Vida, con su inmensa e impredecible sabiduría, nos presente circunstancias que requieren toda nuestra atención y desmantelan por completo lo preconcebido?
Esta experiencia, que en lo personal he vivido intensamente estos últimos días, es el gran aprendizaje de nuestra era. Estamos siendo invitados a dejar de luchar contra la corriente y, en su lugar, aprender a surfear la ola.
En una reciente y profunda conversación con Fernando Viviani (su Instagram)), experto en Chikung y sabiduría taoísta, exploramos justamente esto: cómo fluir con la vida y soltar el control. La respuesta no yace en un nuevo método intelectual, sino en un retorno radical a la sabiduría del cuerpo, la energía y la intuición.
La Ilusión del Control: La Trampa de la Planificación
El punto de partida de nuestra angustia es la trampa de la planificación. La mente del ego, en su intento de asegurar su supervivencia, proyecta un futuro basado en el pasado y traza un camino «seguro». El problema es que la Vida no es un camino recto; es un océano vivo.
«En lo personal me está pasando que estos últimos 10 días, de todo lo que tenía planeado para hacer, surgieron otras circunstancias que requirieron de toda mi atención para poder resolverlas.» (Karel, en nuestra charla)
Este «fracaso» del plan no es un error, es una corrección. Es el universo recordándonos que el control es una ilusión. El intento de imponer nuestra agenda personal (ego) sobre el Plan Divino (Ser) es la fuente de todo sufrimiento y agotamiento. El verdadero empoderamiento no es forzar que la realidad se adapte a nuestro plan, sino tener la flexibilidad y el equilibrio para adaptarnos nosotros al flujo de la realidad.
El Lenguaje Silencioso: La Energía Como Información
Si queremos fluir con la Vida, primero debemos aprender su idioma. Y ese idioma no son las palabras. Como señalaba Fernando, la comunicación verbal es apenas un pequeño porcentaje de lo que expresamos. El resto es energía.
La energía es el primer lenguaje, el más honesto. Es información pura.
Hemos sido educados, especialmente en Occidente, para sobrevalorar el centro intelectual. Perfeccionamos lo técnico y el lenguaje hablado, pero perdimos los decodificadores naturales para sentir la energía, los ciclos y la intuición. Nos desconectamos.
El resultado es que tratamos de navegar el océano de la Vida usando un mapa mental (el plan), en lugar de sentir las corrientes (la energía).
✨ El primer cerebro: Conectar con la intuición
La sabiduría taoísta, el Chikung, el yoga y las culturas originarias saben que el primer lenguaje es la conexión con la intuición.
«La era de Acuario… lo que va a traer es cada vez más una conexión desde la intuición, que es la sabiduría del corazón, que debería ser nuestro primer cerebro.» (Fernando Viviani, en nuestra charla)
Hemos enfatizado tanto el cerebro que ordena (la mente), que nos hemos olvidado de seguir el cerebro que siente (el corazón). Conectar con la intuición es el acto de volver a sintonizar con esa sabiduría visceral, esa «corazonada» instantánea que nos dice «es por aquí» o «aquí no», mucho antes de que la mente pueda procesarlo lógicamente.
El Ancla en la Tormenta: El Equilibrio Energético
Aquí llegamos al núcleo práctico: no puedes surfear una ola si no tienes equilibrio. Si la vida te sacude y te «desparrama para todos lados», es porque te falta un ancla.
Ese ancla es el equilibrio energético.
Prácticas como el Chikung (Qigong) son fascinantes precisamente porque nos enseñan a sentir, mover y equilibrar nuestra propia energía. Son un entrenamiento para estar centrados.
Yo mismo experimenté un «sacudón energético» tan fuerte hace poco que me dejó en cama varios días, incapaz de «hacer» nada. Fue una introspección forzada. La Vida me obligó a soltar mis planes para atenderme, para re-equilibrarme.
Solo cuando estás centrado puedes atender lo que el instante presente te trae de buena manera. El equilibrio energético no es para evitar las olas, es para poder navegarlas sin hundirte.
🧘♀️ La danza del Tao: Habitar la neutralidad
El universo que habitamos es dual (luz/oscuridad, alto/bajo, blanco/negro). Nuestra mente funciona en esa dualidad. El error es ser arrastrados por uno de los polos.
La maestría, como enseña el Tao, reside en habitar la Neutralidad. Es ese estado de Consciencia que emerge entre los dos polos. Es la Paz del observador, del testigo que no se identifica ni con el éxito ni con el fracaso, ni con la alegría ni con la tristeza.
«Si yo habito un estado de paz, estoy en armonía, porque lo que me quita la paz justamente es cuando estoy en desequilibrio.» (Fernando Viviani)
Habitar la neutralidad es el verdadero equilibrio energético. Desde ese punto neutro, podemos decodificar la información (la energía) sin juicio y elegir nuestra respuesta, en lugar de reaccionar mecánicamente.
El Verdadero Camino: Aprender a Ser Humanos
En el camino espiritual, a menudo caemos en la trampa de querer ser «sobrehumanos». Leemos sobre grandes maestros, Yogananda, Jesús, y aspiramos a esos estados de Consciencia, a esos «poderes».
Sin embargo, como sabiamente apuntó Fernando, en esa búsqueda de lo milagroso, a menudo fallamos en lo más básico: aprender a ser humanos.
«Tenemos que ser mucho más amorosos con nuestros procesos… es recuperar ese volver a ser humano… ser un perfecto humano.» (Fernando Viviani)
Nos desequilibramos en cosas pequeñas del día a día, tenemos conflictos con nuestras parejas, nos domina el egoísmo. El verdadero juego espiritual de esta «tercera densidad» no es escapar de la humanidad, sino integrar nuestra Divinidad en ella.
🤖 Rompiendo la Matrix: De la mecanicidad a la creatividad
Estamos atrapados en la «Matrix» no por un sistema externo, sino por nuestra propia mente. Estamos atrapados por los Pensamientos Automáticos Negativos (el «pan» del que hablamos), por respuestas programadas y mecánicas a la vida.
Aprender a ser humanos con mayúscula es usar nuestro libre albedrío para cortar esa mecanicidad. Es tener la osadía de, en lugar de reaccionar con miedo, responder con creatividad, con Amor.
El libre albedrío no es la capacidad de cambiar el menú del restaurante, sino de elegir qué comer de él. La Vida nos presenta circunstancias (el menú), pero nosotros elegimos la respuesta.
«Con eso que me sucede, ¿qué elijo hacer? ¿Me lleva para elado del miedo o me lleva para el lado del amor? Y creo que eso fue una de las maravillas de lo que nos ha sido dado, que es el libre albedrío.» (Fernando Viviani)
El Arte de la No-Resistencia (Wu Wei)
Entonces, ¿cómo conjugamos el libre albedrío con «fluir con la corriente»?
Aquí es donde entra el concepto taoísta del Wu Wei, a menudo malinterpretado como «no hacer nada» o «fluir» desde la pereza. Como aclaramos en la charla, el Wu Wei no es una no-acción desde el ego (pereza), es una acción desde la Consciencia.
Es el arte de la no-resistencia.
«El Wu Wei implica conectar con los flujos naturales y comprender cómo funciona el Tao… es no resistencia.» (Fernando Viviani)
Nadie en su sano juicio se para frente a un río caudaloso e intenta detenerlo pegándole al agua. Eso es lo que hacemos cuando nos quejamos o luchamos contra la realidad. El sabio taoísta comprende el flujo, se sube a un tronco y usa la fuerza del río a su favor.
La trampa de la planificación es querer ir río arriba. Cómo fluir con la vida y soltar el control es confiar en la corriente, sabiendo que el río (la Consciencia) sabe perfectamente dónde está el océano.
Integración: Elige el Amor, No el Miedo
El viaje para aprender cómo fluir con la vida y soltar el control es el retorno a la confianza fundamental. Es desmantelar la creencia del ego de que estamos solos y al mando, y abrazar la Verdad de que somos sostenidos por una Inteligencia infinita.
Esta confianza es la verdadera Rendición. Es el reconocimiento honesto de que nuestra mente, con su visión limitada, no puede ver el panorama completo que solo la Consciencia contempla.
La trampa de la planificación se disuelve cuando aceptamos que hay un Plan mayor, un Guion perfecto (como enseña Un Curso de Milagros) que vela por nuestro mayor bien. Soltar el remo de nuestros planes personales es permitir que la corriente del Espíritu nos lleve exactamente a donde debemos estar. Este acto de fe no es pasividad; es la acción más elevada y poderosa.
No se trata de no tener planes, sino de sostener esos planes con levedad, listos para soltarlos cuando la sabiduría superior del instante presente nos invite a otra cosa.
Se trata de cultivar nuestro equilibrio energético para no ser la víctima de las olas, sino el surfista consciente. Se trata de silenciar la mente intelectual para, por fin, conectar con la intuición del corazón.
Y, por encima de todo, se trata de aprender a ser humanos, usando cada circunstancia no como un obstáculo, sino como una oportunidad para elegir el Amor sobre el miedo.
Un abrazo enorme. Bendiciones para tu camino.
Karel
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