En el camino espiritual, aparecen preguntas que parecen muy profundas, pero que en realidad esconden trampas sutiles del ego. Una de las más comunes es esta: ¿es correcto cobrar por un servicio espiritual?
La mente quiere convertir la espiritualidad en un debate de formas: ¿es más puro regalarlo, hacerlo a donación, o poner un precio fijo? Y en ese aparente dilema, surge la idea de que elegir una opción “correcta” nos acerca más al Ser. Pero lo cierto es que ninguna forma tiene ese poder.
🌀 El desliz del ego espiritual
El ego es experto en disfrazarse de espiritualidad. Puede hacernos creer que lo correcto es “no cobrar nunca” o que “lo gratuito es lo único auténtico”. Incluso puede decir lo contrario: que si no cobro, no valoro lo que soy.
Detrás de todas estas ideas, la trampa es la misma: poner el foco en la forma y no en la conciencia.
El ego busca controlar incluso lo que parece espiritual. Y cuando nos preguntamos si cobrar por un servicio espiritual es correcto o incorrecto, estamos confundiendo el medio con el origen.
✨ El Ser no está limitado por la forma
La verdad es que el Ser nunca se alcanza desde la forma, ni se limita por ella. El Ser simplemente es, y al encarnarlo, la forma encuentra naturalmente su cauce.
No somos nosotros quienes elegimos mentalmente si cobrar por un servicio espiritual es más “espiritual” o menos. Lo que importa no es la estrategia, sino desde dónde surge la acción.
Cuando lo que compartimos nace del amor, la forma —sea gratuita, donación o un precio justo— se acomoda sola.
💰 Dinero, abundancia y expresión
El dinero suele ser uno de los terrenos donde más fuerte aparece este dilema. Algunos lo ven como un obstáculo, otros como algo incompatible con lo espiritual.
Pero en realidad, cobrar por un servicio espiritual no es ni más ni menos espiritual que regalarlo. El dinero es neutro, un recurso que la conciencia puede usar como cualquier otro para sostener y expandir el servicio.
Así como el aire sostiene nuestra respiración sin ser “sagrado” o “profano”, el dinero puede sostener espacios de amor y acompañamiento sin perder su esencia.
⚖️ El equilibrio entre lo gratuito y lo pago
El amor puede expresarse en todas las formas: en lo gratuito, en lo accesible, en un aporte voluntario o en un precio establecido. No hay una regla universal.
El equilibrio no nace de una obligación, sino de la confianza en el Ser. Cuando confiamos, comprendemos que dar algo gratis no es más amoroso que cobrarlo, y que cobrar por un servicio espiritual no nos aleja de la autenticidad.
Lo importante no es la forma que adoptemos, sino la claridad de reconocer que la plenitud no depende de esa elección.
🌿 El servicio y el verdadero intercambio
Cuando ofrecemos un servicio espiritual, lo esencial no es el precio, sino la intención con la que se comparte. El intercambio —sea dinero, tiempo, gratitud o colaboración— es simplemente una forma que refleja la circulación natural de la vida.
Pretender que no haya intercambio es también un movimiento del ego, que busca apropiarse de la idea de “pureza”.
En realidad, todo dar es un recibir, y todo recibir es un dar. Reconocerlo nos libera del juicio sobre cuánto “vale” lo que ofrecemos, porque comprendemos que lo valioso es el amor que lo sostiene y se expande.
🌌 Observar el «desde donde«
Si todo lo que somos ya es abundancia infinita, ¿puede realmente la forma limitar esa abundancia?
Cuando aparece la duda de si cobrar por un servicio espiritual es correcto, observa: ¿desde dónde surge esa pregunta? ¿Es miedo, culpa, necesidad de validación, o una apertura genuina al fluir del amor?
Tal vez la verdadera libertad no esté en definir la forma perfecta, sino en recordar que el Ser ya es completo. Y desde esa plenitud, permitir que la vida ordene cada expresión en el momento adecuado.
🪷 Práctica de contemplación
La próxima vez que surja la duda sobre cobrar o no, detente un instante. Respira y reconoce:
“Mi valor no está en la forma que adopte. El amor que soy puede expresarse en cualquier cauce, incluso en el dinero. Confío en que la vida acomoda todo.”
Permanece en silencio, sin buscar una respuesta mental. Deja que la claridad emerja por sí sola.
Lo importante no es decidir desde el miedo, sino desde la confianza en que el Ser siempre guía hacia el cauce natural de la abundancia.
✨ Hasta este instante.
Karel
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