Queridos hermanos,
En este tercer encuentro sobre las leyes de la curación, seguimos profundizando en la enseñanza del Curso de Milagros. Aquí se nos muestra que la curación no es un proceso de agregar, cambiar o corregir algo externo, sino el reconocimiento de la verdad que ya está presente.
El curso nos invita a mirar con honestidad el error para que pueda disolverse.
“La corrección solo es posible cuando el error es descubierto, no cuando se encubre.”
🔍 El error y su raíz
El pecado se describe como la creencia de que las ideas pueden abandonar su fuente. En otras palabras, cuando creemos que un pensamiento de ataque se encuentra afuera —en una persona, una situación, un mundo hostil— olvidamos que su causa está en la mente.
“El pecado es la creencia de que el ataque puede proyectarse fuera de la mente en la que se originó.”
El error no está en lo que vemos, sino en cómo lo interpretamos. Y la verdadera corrección ocurre cuando dejamos de encubrir la causa y la miramos con claridad.
🌊 Causa y efecto son uno
Una de las revelaciones más poderosas es que causa y efecto no son dos cosas separadas. El efecto nunca puede estar desligado de su fuente. Así como no podemos dejar de ser parte de Dios, ninguna idea se desprende de donde nació.
Por eso, manipular los efectos en lo externo —querer cambiar las circunstancias sin mirar adentro— puede aliviar temporalmente, pero nunca traerá verdadera sanación.
“Curar un efecto y no su causa tan solo puede hacer que el efecto cambie de forma. Y esto no es liberación.”
🌱 La mirada interior como medicina
La sanación nunca se encuentra en el intento de cambiar el mundo, sino en reconocer que todo lo que percibimos es un reflejo de nuestra propia mente. El error no está afuera, sino en la interpretación que hacemos.
Cuando dejamos de proyectar y elegimos mirar dentro, el perdón actúa como medicina. No añade nada nuevo, solo disuelve lo falso y nos devuelve a la inocencia que siempre fue nuestra.
“El mundo que ves no es más que el testigo de tu estado interior.”
Así descubrimos que la verdadera curación ocurre aquí y ahora, al soltar la ilusión de ataque y abrirnos a la paz que ya somos.
🕊️ El fin del sacrificio
El curso nos recuerda que no hay grados en la ilusión. Un pequeño sacrificio es lo mismo que la idea entera del sacrificio. Ambos nacen de la creencia en la pérdida, y ambos se disuelven al recordar la plenitud del hijo de Dios.
“Si cualquier clase de pérdida fuera posible, entonces el hijo de Dios no sería pleno.”
La curación revela lo opuesto: que nada puede perderse y que la plenitud ya es lo que somos.
🌟 El milagro de la Verdad
El milagro no es un acto extraordinario ni una fuerza mágica, sino la simple revelación de lo que siempre ha sido cierto.
“La curación es solo la verdad revelada.”
Cuando llevamos causa y efecto frente a frente, sin ocultarlos, se abre el espacio para que la verdad se manifieste y la ilusión se disuelva.
✨ Renacer a cada instante
El curso cierra este pasaje con una invitación poderosa:
“El hijo de Dios renace en cada instante, hasta que elige no volver a morir.”
En cada momento podemos elegir ver desde la ilusión del ataque o desde la voluntad de la vida. Y cada instante es una oportunidad de renacer, de recordar que nunca hemos dejado de ser lo que somos en la fuente.
Con un abrazo grande,
Karel