En el viaje espiritual, a menudo nos sentimos perdidos entre la mente egoica y el amor de Dios.
Un Curso de Milagros nos recuerda que no caminamos solos: Dios nos dio un amigo, una guía interna que nos acompaña en el tránsito hacia nuestra verdadera identidad como hijos de Dios.
💔 El error de poner valor en lo externo
El texto comienza con una advertencia clara:
“Cualquier cosa en este mundo que creas que es buena o valiosa o por la que vale la pena luchar te puede hacer daño y lo hará.”
Cuando ponemos nuestra valía en lo externo —dinero, relaciones, logros, conocimiento— inevitablemente terminamos sufriendo. No porque esas cosas tengan poder en sí mismas, sino porque les otorgamos una realidad que no tienen.
🌫️ La trampa de las ilusiones
El curso insiste en que no se puede elegir una sola ilusión y pensar que de ahí vendrá la seguridad. Todas comparten la misma raíz: nada.
“Nadie puede otorgar realidad solo a una ilusión y escaparse del resto.”
Esto significa que incluso aquello a lo que más nos aferramos —lo que parece valioso, necesario o indispensable— puede ser, paradójicamente, la oportunidad más grande para liberarnos.
🤝 El verdadero amigo
El curso advierte:
“No vivas tu mísera vida en soledad con una ilusión como tu único amigo.”
Cuando buscamos compañía en lo externo, seguimos en soledad ilusoria. El verdadero amigo es interno: Cristo, el Espíritu Santo, la luz en nosotros que nunca cambia.
Esa guía silenciosa nos acompaña en todo momento, aguardando nuestra atención.
🪞 El amigo en tu hermano
Lo más bello de esta enseñanza es que ese amigo no solo habita en mí, sino también en ti.
Cada encuentro humano puede convertirse en un recordatorio de que compartimos la misma guía interna.
Cuando atiendo a la voz del Amor en mí, reconozco esa misma voz en el otro, incluso si lo veo por primera y única vez.
🎁 Regalos que no son de este mundo
El texto concluye con una promesa:
“Te trae regalos que no son de este mundo… y los depositará ante tu trono cuando hagas sitio para él en el suyo.”
Cuando cedemos el trono de nuestra atención al amigo interior, recibimos dones que trascienden cualquier ilusión: paz, confianza, plenitud.
Esos regalos no dependen de circunstancias externas, sino de reconocer lo que siempre estuvo en nosotros.
Un abrazo enorme, hasta este instante.
Karel