¿Qué es la Presencia? Cómo conectar con tu Fuente

¡Buenas, queridos Hermanos!

Si ya tuvieron la oportunidad de ver el video de hoy, saben que estamos a punto de sumergirnos en un concepto que lo transforma todo: ¿Qué es la Presencia?

Es un viaje hacia el corazón de lo que somos. Un recordatorio de que la verdad más profunda siempre está aquí, en este instante.


🔎 ¿Qué es la Presencia?: La Rendición al Instante

Mis queridos, la Presencia no es un concepto etéreo o un ideal lejano.

Es, ante todo, un estado donde todo está permitido. Un espacio para perder el miedo a aquello que simplemente es.

La Presencia solo puede ser conocida aquí y ahora, en este único e irrepetible instante. La Presencia es la única realidad que no requiere de tiempo para ser.

Es imposible recordarla, porque eso sería un pensamiento. Es imposible preverla, porque sería una proyección del «yo» hacia el futuro.

De hecho, si intentamos definirla, se nos escapa de las manos. La Presencia es, por naturaleza, indefinible.

Cuando nos abrimos a ella, debemos hacerlo con una humildad profunda, porque ella ya es por sí misma. No necesita de nuestra percepción ni de nuestras definiciones para existir.

La Presencia es la rendición absoluta del ego al momento actual. Es el reconocimiento de que este es el único momento en el que la vida ocurre.

¿Estoy usando este instante para encontrarme o para escaparme de Mí?


💫 Conectar con tu Fuente: Más Allá de la Forma

En esta expansión de la Presencia, encontramos una quietud abarcante que comienza a diluirnos en sí misma.

No es algo que nos contiene como si fuéramos entidades separadas. Es algo mucho más grande, un Todo que nos envuelve. Conectar con tu Fuente es aceptar la Totalidad.

Esto es lo que llamamos la no dualidad devocional: esa confianza profunda en que hay algo integrador —llámalo Dios, la Fuente, el Espíritu— que nos incluye a todos. De lo que nada puede escapar. Es todo, absolutamente todo.

Aquí es donde vemos la diferencia entre la no dualidad del Buda y la de Cristo. Buda habla de la presencia del vacío infinito e informe del que todo emerge.

Pero el aporte de Cristo nos dice que ese vacío es la Presencia de la Conciencia Eterna. Un Padre o una Fuente en la que uno puede descansar y sentirse plenamente incluido y Amado.

Este es el aspecto devocional: la Presencia no es solo vacío, sino también Amor incondicional.

Mi descanso no está en el resultado, sino en la certeza de la Presencia.

Conectar con tu Fuente es, por lo tanto, un acto de fe. Es la absoluta confianza de que el «aquí y ahora» es la manifestación perfecta del Amor por ti. No hay error en el instante.


🌪️ Los Enemigos de la Presencia: Tiempo y Ego

Si la Presencia es tan simple y está aquí, ¿por qué es tan difícil permanecer en ella?

La respuesta reside en la identificación con el ego y su herramienta principal: el tiempo.

El ego, al ser una construcción de la mente, necesita pasado y futuro para definirse. Si estás totalmente en el presente, el ego pierde su narrativa y, por ende, su poder.

Cuando la mente está en «modo hacer», está proyectando o recordando. En ese estado, la Presencia se eclipsa. Es el ruido mental que nos impide conectar con tu Fuente.

La búsqueda constante de «algo más» es el motor de la infelicidad y el mayor obstáculo para la Presencia. El ego siempre quiere una técnica, una meta, un mejor «yo» en el futuro.

La no-dualidad nos recuerda que ya eres el «yo» perfecto, que ya eres libre.

La Presencia no se alcanza, sino que se revela cuando el ruido del ego se aquieta.


💡 Despertar la Conciencia Interior

Desde este estado de Presencia, comenzamos a tomar conciencia de absolutamente todo. Nuestro punto de referencia se expande.

Empezamos a integrar y ser conscientes de lo que pensamos, sentimos y hacemos. Lo curioso es que probablemente harás menos cosas, pero serás mucho más consciente de ellas.

Dejas de identificarte con tus pensamientos y emociones. Te posicionas en un lugar de observación y contemplación: el Testigo.

Ves todo pasar: tus ideas, tus sentimientos, lo que ocurre a tu alrededor. Al principio puede ser abrumador, sí, pero es porque estás despertando a una conciencia mucho más vasta.

Lo maravilloso de esto es que, poco a poco, te das cuenta de que tienes la potestad de decidir. No respondes por reacción, sino que eliges conscientemente dónde dirigir tu energía.

Este estado de quietud y paz comienza a extenderse de forma natural. No porque intentes estirarlo en el tiempo (¡recuerda que el tiempo no existe en el presente!), sino como un efecto de tu creciente conciencia.

La paz no es el resultado de la quietud, sino el origen de toda quietud.


🌱 La Semilla de la Quietud y el Testigo

Para facilitar la Presencia, la práctica es simple: la quietud.

No se trata de imitar efectos o de acumular técnicas de meditación sin un verdadero anclaje. La verdadera paz y trascendencia emergen de la presencia interior.

El Testigo es ese lugar de observación imparcial. Cuando observas un pensamiento de ansiedad sin juzgarlo, ese mismo acto de observación es la Presencia. Te has separado de la forma.

Esta práctica disuelve viejos patrones. Te libera de la ilusión de tener que perseguir algo externo para ser completo.

Para conectar con tu Fuente, simplemente observa. La Fuente no está oculta; solo está cubierta por la capa de la identificación mental.


🌟 De Aquí Emerge Todo: Integración Profunda

La Presencia es el punto bisagra. El principio fundamental. Desde aquí emerge todo.

La realidad que percibimos, lo físico, lo material… todo surge de esta profunda Presencia. No hay nada más profundo que conectar con el estado del que emerge toda la realidad que experimentamos.

La integración es este reconocimiento. No hay nada que ganar, nada que alcanzar, solo ser y emitir tu propio resplandor.

Este es el verdadero Ser existencialmente completo. Este es el regalo de qué es la Presencia.

Así que, mis queridos, espero que este mensaje haya iluminado aún más este concepto tan liberador.

Un abrazo inmenso, y nos encontramos en este instante. Karel