El sanador No Sanado: La trampa del Ego espiritual

Recientemente, me di cuenta de que sentía una gran resistencia a exponer este tema, porque me ha tocado de cerca en muchas ocasiones y, aún a veces, sigo cayendo en esta trampa del ego. Es el arquetipo de el sanador no sanado.

Hay una frase en Un Curso de Milagros que, parafraseada, captura la esencia de esto: «El sanador que no se ha sanado desea la gratitud de sus hermanos, ya que él aún no es agradecido consigo mismo ni con los demás.»

Esta comprensión es transformadora. Cuando caí en cuenta de esto, reconocí que en innumerables ocasiones había estado buscando esa gratitud externa: la palmada en la espalda, el aplauso, el «like», el comentario de «lo hiciste bien». Desde niños, buscamos la buena calificación en la escuela para recibir la felicitación de nuestros padres, la recompensa.

Estamos condicionados a buscar validación externa, buscando gratificación a través del amor expresado por otros, porque no estamos reconociendo ese Amor incondicional dentro de nosotros mismos.


La trampa: Buscar sanación afuera (El Síndrome del Salvador)

¿Qué sucede cuando esta dinámica inconsciente se traslada al camino espiritual o al deseo de servir? A veces, uno puede estar expresando esa necesidad de autoayuda en los demás.

En lugar de hacer la introspección, el «trabajo sucio» de meter las manos en el barro y escarbar en las profundidades de nuestras propias heridas (miedos, culpas, vergüenzas), salimos a buscar nuestro reflejo en los demás.

Este es el sanador no sanado: la persona que va persiguiendo a aquellos que considera que «necesitan su ayuda». Es una dinámica sutil del ego espiritual.

Y cuando hablamos de «sanador», no nos referimos únicamente a quienes se dedican profesionalmente a la sanación (médicos, terapeutas, sanadores energéticos). Lo abrimos a cualquiera que en algún momento haya tenido este pensamiento:

«Te voy a ayudar porque lo necesitas, y yo sé lo que es mejor para vos.»

Es una trampa fuertísima. «Yo, que no he superado esto porque no he querido verlo en mí, sé lo que es mejor para ti.»

Nos tomamos esto con gracia, no para restarle importancia, sino para poder observarlo sin juicio. Reconocer esta trampa es el primer paso para disolverla. Es una creencia fundamental que debemos soltar: la idea de que debemos ayudar a otros para ayudarnos a nosotros mismos.

✨ El espejo del ego espiritual

El mundo es un espejo perfecto. Todo lo que vemos «afuera» es un reflejo de nuestro estado interno.

Si vemos un mundo lleno de dolor, carencia y personas que «necesitan ayuda», y sentimos un impulso compulsivo de «salvarlos», es una señal inequívoca de que ese mismo dolor y esa misma necesidad de ser salvado están clamando por nuestra atención dentro de nosotros.

El síndrome del salvador es una proyección. Es más fácil intentar «arreglar» al otro que enfrentar el propio caos interno.

El sanador no sanado opera desde la carencia, la necesidad y el miedo. Busca la sanación afuera, ofreciendo una sanación desde la no-sanación. Es el mismo patrón de buscar riqueza material externa (dinero, logros) sin tener riqueza interior (Paz). Se proyecta la carencia en cada paso.


La verdadera sanación: Un retorno a la Perfección

La trampa del ego espiritual nos hace creer que estamos «rotos», que somos imperfectos y que necesitamos una sanación para volvernos perfectos o completos.

Esto es un error fundamental de percepción.

No nos falta nada. Ya venimos de un estado de Perfección esencial. No hablamos de perfección externa (física, de acciones), sino de la Esencia. Somos un fractal de la Divinidad, imagen y semejanza de la Fuente.

Si ya somos perfectos en Esencia, ¿por qué buscar más perfección?

🌱 La sanación no es añadir, es quitar

La «falta de sanación» no es una carencia. Irónicamente, es un exceso. Es tener de más: demasiadas creencias limitantes, demasiados patrones heredados, demasiadas emociones ancladas y reprimidas que no nos corresponden.

La verdadera sanación es el proceso de darse cuenta de que ya Somos perfectos. Es un proceso de limpieza, de quitar todas esas capas de polvo (el ego) que hemos acumulado y que tapan la Luz de nuestra Esencia.

La sanación no es «volverse bueno», sino reconocer que nunca dejamos de Serlo. La sanación es soltar la identificación con la forma (el cuerpo, la personalidad, la historia de dolor) y recordar la Conciencia que observa esa forma.


El servicio auténtico vs. El servicio del ego

¿Significa esto que debemos dejar de ayudar o servir hasta estar «completamente sanados»? ¡No, en absoluto!

La acción externa (servir, ayudar, guiar) puede seguir siendo exactamente la misma. La diferencia crucial está en el «desde dónde» lo hacemos.

  • Servicio del Ego (El Sanador no Sanado): Sirve para obtener algo (gratitud, validación, sentirse bueno, aliviar la propia culpa). Está apegado al resultado y a la reacción del otro. Vibra en carencia.
  • Servicio Auténtico (El Ser): Sirve desde la plenitud. Comparte el Amor que Es, sin expectativas. La acción es la recompensa en sí misma. Está desapegado del resultado. Vibra en abundancia.

Se puede (y se debe) empezar a ofrecer el servicio hoy, mientras se está en el propio proceso de sanación. ¿Por qué? Por el principio de simultaneidad de Un Curso de Milagros.

🔄 Enseñas lo que aprendes (UCDM)

Un Curso de Milagros enseña: «Enseñas lo que necesitas aprender» y «Aprendes lo que enseñas». Dar y Recibir son lo mismo, y ocurren en el mismo instante.

Cuando compartes tu aprendizaje (incluso si lo estás aprendiendo en ese mismo momento) desde un lugar de honestidad, tú eres el primero en recibir la lección. Al ofrecer tu servicio (enseñar) mientras observas tu propio proceso interno (aprender), te sanas a ti mismo.

El servicio auténtico es el acto de sanarse a sí mismo en público.

No hay que esperar 5 o 10 años para estar «listo». La sanación ocurre en el acto de servir, siempre y cuando la intención sea la auto-observación y la entrega, y no la búsqueda de validación externa.

¿Estoy sirviendo para obtener gratitud, o estoy sirviendo con gratitud?


Las dos caras de la misma trampa del ego

El ego espiritual es astuto y nos presenta esta trampa de dos maneras opuestas, pero idénticas en su raíz:

☀️ 1. El «Salvador» (Exceso de Dar)

Este es el sanador no sanado arquetípico. Es la persona que da compulsivamente, que «ayuda» sin que se lo pidan, que se sobrecarga de responsabilidades ajenas.

Su motivación oculta es el miedo: miedo a no ser necesitado, miedo a no ser valorado. Busca su sanación en el aplauso externo. Está bloqueado para recibir, porque cree que su único valor está en el dar.

🌒 2. El «Indigno» (Bloqueo al Dar)

Esta es la otra cara de la moneda. Es la persona que se retrae, que cree (como mencionamos en el curso de Propuesta de Valor) que «no tiene nada importante que compartir», que «no es suficiente», que «le falta aprender más».

Su motivación oculta es el miedo: miedo al juicio, miedo a exponerse, miedo a no ser «perfecto».

Ambos son exactamente la misma trampa: buscar validación externa. El Salvador la busca activamente («¡Apláudanme!»), y el Indigno la teme pasivamente («¡No me juzguen!»). Ambos han puesto su valor fuera de sí mismos, en la percepción del mundo.


La solución: La entrega al Espíritu

¿Qué hacer cuando no podemos ver nuestros propios bloqueos? ¿Cuándo estamos atrapados en la trampa del sanador que no ve su propia herida?

La respuesta de Un Curso de Milagros es la entrega al Espíritu Santo (o Yo Superior, Conciencia Pura, Ser).

Es el acto de humildad de reconocer:

“Yo, desde esta conciencia limitada (ego), no tengo las herramientas o la capacidad de ver en qué debo recibir la sanación. Pero desde Tu Conciencia infinita, desde Tu Amor, sé que Tú puedes hacerlo. Me entrego a Tu guía.”

Este ejercicio de entrega, que puede tomar segundos, abre el canal para que la verdadera sanación (la corrección de la percepción) ocurra. Puede que la sanación llegue como una nueva comprensión, una liberación emocional espontánea, o una sincronicidad.


El impacto vibracional: El aporte de David Hawkins

El Dr. David Hawkins nos aporta la visión científica/energética de esto. Tu mayor servicio al mundo no es lo que haces, sino tu vibración.

El sanador no sanado, operando desde el miedo, la culpa o el orgullo (niveles <200 en el mapa de conciencia), en realidad drena energía del campo colectivo, por más «buenas» que parezcan sus acciones.

El sanador que se está sanando, al hacer su trabajo interno de auto-observación y liberación (Dejar Ir), eleva su propia frecuencia. Al vibrar en niveles de Poder (Coraje, Aceptación, Amor, Paz >200), impacta positivamente a todo el planeta por el simple hecho de Ser.

Tu sanación interna ES tu mayor servicio a la humanidad.

Una persona vibrando en Amor (500) contrarresta la negatividad de millones operando en el miedo.

El sanador no sanado se enfoca en el hacer externo. El sanador en proceso de sanación se enfoca en el Ser interno, sabiendo que la acción externa que surja de ahí será la correcta.


Integración: El fin de la búsqueda

Espero que esta reflexión te haya arrojado luz sobre esta sutil trampa del ego. La invitación es a observar sin juicio si estás esperando la gratificación externa (el aplauso) para tapar un vacío o dolor que aún no has podido (o querido) sanar en tu interior.

  • Reconoce la trampa del síndrome del salvador.
  • Comprende que la sanación es quitar creencias, no añadir perfección.
  • Empieza a servir HOY, usando el servicio como un espejo para tu propia sanación (Dar=Recibir).
  • Entrega el proceso al Espíritu.
  • Confía en que tu mayor aporte es tu propia vibración (Hawkins).

El sanador no sanado se disuelve cuando reconocemos la Verdad: ya estamos sanados en nuestra Esencia. El viaje es simplemente recordar esa Verdad, disolviendo las creencias que nos hicieron olvidarla.

Un abrazo enorme. Bendiciones para tu camino.

Karel

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